Vergüenza por y para un Cubo
4 de Noviembre de 2015
Por José Antonio Rico
De vergüenza. Solo así puedo definir la situación que el llamado Cubo y su derribo han generado en la ciudad de Badajoz. Vergüenza por su Ayuntamiento, vergüenza por la universidad y vergüenza por ver cómo se ha manipulado a la opinión pública para jugar con la justicia aquellos que debían ser un ejemplo a seguir en su cumplimiento.
No hay semana que pase sin nuevas noticias del Cubo acompañada de nuevas mentiras, con la única intención de crear un juicio paralelo manipulado al antojo de unos pocos interesados, donde se lápida al inocente y se sube al altar a los culpables, al más puro estilo Poncio Pilatos. ¡Pacenses despertar de una vez! Dejar de ser manipulados por el Ayuntamiento y políticos secuaces de un atentado urbanístico y patrimonial del cual sus únicos responsables siguen sentados en cómodos sillones institucionales mientras que los pocos que os han defendidos tienen que agachar sus cabezas como si fuera motivo de culpa lo que han hecho.
Saber de una vez que no solo deben derribar el Cubo, sino que la sentencia es más amplia, que la Real Academia de San Fernando -máximo garante de las artes en España- quedó horrorizada con el destrozo cometido, se pronunció sobre ello y el alto tribunal le dio la razón. No solo el Cubo es el problema, la sentencia incluye derribos ilegales de tres partes del edificio, destrozos en la galería de convalecientes, patios interiores, lucernarios sin uso que perjudican las vistas a Santa María y cómo han perforado una iglesia para dejar paso a los coches. Claro que tenemos que gastar ochocientos mil euros, pero no en un Cubo, sino en una cadena de atentados con nombres y apellidos.
Me avergüenza el Ayuntamiento y esta estrategia de victimismo que ha generado jugando con la justicia, y por ende con el dinero de todos los ciudadanos. No os dais cuenta qué toda la maquinaria legal, los recursos, la ejecución de la sentencia e incluso las posibles consecuencias de un incumplimiento que ha estado siempre en el aire, lo hemos pagado entre todos. Puede ser que no os dierais cuenta porque al Ayuntamiento no le interesa esa segunda parte llamada “responsabilidad civil subsidiaria”, por la cual y si todo sale bien, serán muchos de nuestros políticos y sus bolsillos los encargados de pagar todo este embrollo. Pero como no interesa llegar a ese punto, es mejor formar jaleo, mentir y crear una conciencia colectiva que culpabilice al inocente mientras los políticos se lavan las manos una vez más con este asunto.
La Universidad tampoco se queda atrás. ¿Cómo ha podido permitir que se hiciera la obra cuando ella misma es un órgano consultivo en materia patrimonial? ¿Por qué permite que profesores cercanos al Ayuntamiento manipulen la conciencia de sus estudiantes? ¿Cuándo pensaban buscar alternativas al Cubo? Solo puede calificarse la actitud de la universidad como una clara dejación en sus funciones, otro motivo más para avergonzarse en todo este asunto.
Tampoco se salva la Asociación de Vecinos, la cual esgrime el Cubo como único salvador de nuestro Casco Antiguo, dando la espalda a los verdaderos regeneradores de la zona que son todos los vecinos y empresarios que han arriesgado su dinero y sus esfuerzos en irse a vivir a la zona y abrir allí sus negocios cuando nadie más lo hacía. Ellos sí son los salvadores de nuestro Casco Antiguo, ellos son los que tiran del carro de la recuperación y no una construcción ilegal. ¿Por qué actúa así? Lo mismo algo tiene que ver su cercanía a la Junta de Extremadura y a algunos de los políticos que firmaron el proyecto, y por tanto también posibles responsables del mismo. Amiguísimo puro, para avergonzarse.
Además desde estas líneas auguró futuras noticias sobre cómo el inocente Ayuntamiento antes de las elecciones ofrecerá soluciones al derribo con un nuevo edificio cercano a la facultad. Eso sí, habrá que estar atentos a cómo será ese edificio, si cumplirá la legalidad, si será respetuoso con el entorno o tendremos un nuevo capítulo de ilegalidades con potencia al cubo, pues nuestros políticos locales son expertos en ir contra nuestro patrimonio, solo hay que asomarse al Cubo y mirar al Campillo. Pero ya les puedo adelantar que ni por asomo dicho edificio cumplirá con las recomendaciones hechas por la Real Academia y la Justicia para dar solución a la pérdida de espacios en la facultad una vez se produzca el derribo. ¿Casualidad? No lo creo, yo solo veo mentiras de las que avergonzarse.
Comenta esta noticia
5 comentarios
A Fondo