Un pacense ayuda a crear respiradores en pleno estado de alarma

Un grupo de profesionales que operan desde toda España han desarrollado un prototipo de respirador automático en pleno estado de alarma, ante la falta de recursos en los hospitales españoles frente al coronavirus.

Este prototipo ha sido desarrollado con tecnología de impresión 3D, y ahí es donde interviene el pacense Ramón García Prieto, quien colabora desinteresadamente con el proyecto aportando sus conocimientos y coordinando a los voluntarios de Extremadura.

La idea surge de una necesidad, según cuenta Ramón a 7Días, a través de una comunidad maker -de usuarios de impresoras 3D-. "Una necesidad de crear algo para aportar en este problema", refiriéndose a la situación que vivimos con el COVID-19.

Técnicamente hablando, unidos por un grupo de Telegram denominado inicialmente Coronavirus Makers, los miembros han ideado un modelo tridimensional de respirador capaz de fabricarse en masa gracias a impresoras 3D y con un coste de producción muy bajo.

"El proyecto parte de siete u ocho personas con experiencia, entre ellos médicos, ingenieros, informáticos o diseñadores, e inventan un respirador que actualmente se está testando", aunque ya son cientos de personas las que aportan y colaboran con la iniciativa.

En la comunidad, asegura Ramón, hay personas de todos los ámbitos, "desde barrenderos hasta fontaneros, maker puede ser cualquiera". El movimiento llegó a las redes sociales y se viralizó, ya que la iniciativa proporciona a cualquier usuario que desee unirse unas instrucciones básicas y el código abierto proporcionado por el grupo.

Según cuentan, la intención real de compartir el proceso de creación del respirador es que cualquier persona con acceso a una impresora 3D u otra máquina de fabricación digital pueda construir un respirador automático. Así podrá ponerlo a disposición de los centros hospitalarios de su localidad o ciudad.

"Nuestra función es imprimir la pala que empuja el globo del respirador". En el caso de que el prototipo sea aceptado por Sanidad, dichas palas se enviarán a las tres empresas españolas que se encargarán principalmente de reproducir el resto del modelo para dotar a los hospitales. Este paso del proceso es muy importante, ya que cada pala, a diferencia del respirador, es desechable: "Únicamente se puede utilizar con un paciente".

Cada respirador tarda en fabricarse unas tres horas, aproximadamente. "Estamos esperando el pistoletazo de salida para seguir produciendo", asevera Ramón a este medio, puesto que es un poco "absurdo" producir algo "que todavía no es definitivo".

El lunes, 23 de marzo, se probará en el Hospital Central de Asturias que los datos que emite la máquina sean correctos y, si funciona, posteriormente se probará en un pulmón artificial o incluso en algún ser vivo.

VISERAS PROTECTORAS

Además de crear respiradores, la comunidad tiene en marcha otros proyectos, como la visera antisalpicaduras. Como si de la visera de una gorra se tratase, esta invención sirve para protegerse de estornudos o salpicaduras provenientes de otras personas. 

Su funcionamiento es simple: es una especie de gorra cogida con una goma en la cabeza con un acetato sustituible por delante. Una vez usado, puede cambiarse la placa de acetato y reutilizar la "gorra".

Sin embargo, Ramón sostiene que esto "no sustituiría a las mascarillas", sino que sería un complemento más para protegerse frente a virus e infecciones. "Si tienes una mascarilla puesta y alguien te tose en una parte desprotegida, tienes que desinfectar o lavar esa parte. Con este producto es más complicado aún".

La iniciativa, "por la cual no se está cobrando nada", recalca el pacense, estaría destinada a trabajadores de "atencion al público" como por ejemplo dependientes, policías o personal de residencias de ancianos, debido a que "el plástico hay que descontaminarlo y se produce mucha pérdida de tiempo". No obstante, muchas organizaciones están demandando este producto y ellos mismos se encargan de realizar las entregas a nivel nacional.

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