Comunión total

Comunión Total. Así se puede resumir lo vivido este domingo 14 de abril en el estadio Nuevo Vivero entre futbolistas del Club Deportivo Badajoz, cuerpo técnico y aficionados, que vibraron con la fiesta del futbol.

El conjunto pacense amanecía con la noticia de que el San Fernando había empatado y el UCAM Murcia había ganado en el último minuto, por lo que una victoria blanquinegra se hacía necesaria para adelantar a los andaluces y no aumentar la distancia con los play off de ascenso a Segunda División.

Desde un primer momento ya se notó que la afición estaba con ganas de ver a su equipo y aunque cuando sonó el pitido inicial del colegiado había unas 5.000 personas en el graderío pacense, todavía quedaban muchos por entrar por el atascó formado en los accesos al estadio.

En total fueron unas 9.500 almas las que llevaron en volandas a los de Mehdi Nafti, que intentaron por todos los medios encarrilar un encuentro que se hacía vital ganar para seguir en la pelea.

Sin embargo se toparon una y otra vez con un portero del Jumilla más que inspirado, las reiteradas perdidas de tiempo de los jugadores murcianos y un colegiado que tomaba decisiones más que dudosas.

A pesar de eso la afición pacense no se vino abajo en ningún momento y no pararon de animar a esos jugadores que entregaban su alma por ofrecer una nueva victoria a la afición. Y es que son ya 12 partidos en los que el Club Deportivo Badajoz no conoce la derrota.

Cuando ya todo parecía que la victoria iba a ser imposible y el colegiado había enfadado a todos los blanquinegros con sus decisiones, el trencilla no tuvo más remedio que pitar un clarísimo penalti cometido sobre Guzmán en el último minuto de juego.

Fue un momento de gran alegría. Jugadores, banquillo, grada e incluso algún fotógrafo saltaron de sus sillas celebrando lo que podría ser un nuevo triunfo para el Badajoz.

A pesar de eso tocaba contener la respiración. En un primer momento iba a ser Eder Díez quien tirase la pena máxima pero Guzmán llegó por detrás para asumir los galones.

El jugador pacense no erró el penalti, engañando al portero del Jumilla, y se desató el éxtasis en el Nuevo Vivero. Los jugadores corrieron a la grada a celebrar con la afición el gol, incluso algunos se saltaron la valla.

También algunos aficionados quisieron celebrar con los jugadores en el césped, pero los miembros de seguridad del estadio actuaron con total celeridad para evitarlo.

Llantos de jugadores que se abrazaban, jugadores sancionados y no convocados que no estaban en el banquillo saltaron al terreno de juego para celebrar con sus compañeros y en especial dos jugadores, José Ángel y Guzmán Casaseca, que vivieron esos momentos con especial emotividad.

Sin lugar a dudas esto es un logro de Mehdi Nafti. El entrenador franco tunecino ha conseguido que los futbolistas blanquinegros tengan hambre por conseguirlo todo, da igual la importancia del rival que tengan delante.

Eso se traduce en una afición que se muestra radiante con sus jugadores y aunque saben que es complicado el conseguir estar en los puestos de privilegio para luchar por el ascenso a la categoría de plata del fútbol español, se muestran radiantes por ver a su equipo luchar por cotas tan altas.