Cuadernos Extremeños cumple un año

Lo que empezó siendo apenas el intercambio de artículos sobre temas de interés para Extremadura de un grupo de amigos, se ha convertido en un año en un proyecto editorial que moviliza cada día a más gente y que crece en el número de autores y de temas que trata, al igual que en el número de empresas innovadoras de todos los tamaños que colaboran en la edición de cada nuevo cuaderno, que supera a la anterior y promete llegar cada día más lejos.

A todo este grupo de actores acompaña en cada cita la Administración al más alto nivel (Vara asiste a todos los actos desde el primer día, y Cristina Narbona va a presentarlo en Madrid dentro de unos días), con absoluto respeto a sus análisis y a su independencia crítica, lo que supone un ejemplo de proyecto que se desarrolla en nuestra tierra.

Desde la dehesa, al monte; de la energía a la bioconstrucción; del agua al suelo; de las aves al turismo; de la educación a la cultura; del emprendimiento y el ecodesarrollo, a la colaboración transfronteriza con Portugal, y solidaria con Africa, etc. Si a todo esto le unimos la lucha permanente contra la burocracia, tendremos el mosaico de temas que preocupan a los autores y colaboradores de esta revista, que se construye desde la independencia y pluralidad ideológica de quienes la hacen posible, con el objetivo de ofrecer información de calidad a la opinión pública extremeña, diálogo y crítica constructiva con la Administración, y encuentro permanente con emprendedores y empresas de vanguardia, grandes, pequeñas y medianas, para fomentar proyectos comunes allí donde sea posible.

Dichas estas cuestiones fundamentales sobre una aventura editorial que puede llegar mucho más lejos, y que se construye desde la imaginación, la ausencia de burocracia, y la renuncia a recibir subvenciones públicas, cabe destacar que la otra cara importante de este proyecto es la de divulgar y debatir los grandes temas que analiza entre los pueblos y ciudades del interior de la región, así como en las grandes ciudades en las que se concentra la población de emigrantes, donde se encuentra la 'Extremadura exterior'.

Esta tarea divulgadora y de debate sobre temas que son complejos y polémicos no es algo que suela hacerse en la literatura y el periodismo de hoy. Por eso, tan importante como escribir y hacer buenos análisis, es someterlos a discusión directa con la gente que se interesa por ellos.Y ahí reside la importancia de actos como los que comento en esta crónica, en el que aspectos tan preocupantes como los que plantean las nuevas tecnologías, como el coche eléctrico, por ejemplo, puedan ser discutidos por expertos y ciudadanos, como sucedió en el interesante debate que se produjo en el Ateneo de Cáceres.  

Si a esto añaden las conversaciones que suscitan actos como el de ayer en Quinto Cecilio, en su vertiente gastronómica, podemos ver cuánto nos enriquecen estos encuentros, en los que se comparten informaciones interesantes para todos, se discute y aprende, y hasta sirven para descubrir ideas o productos que no conocíamos, manteniendo luego el contacto e intercambio entre las gentes más variadas.

Las intervenciones cualificadas y diversas de este viernes, 15 de noviembre, estuvieron acompañadas de los relatos de diversas experiencias empresariales (en castañas, quesos, frutas y hortalizas y hostelería), que concluyeron con una intervención breve del presidente Guillermo F. Vara, quien puso de manifiesto varias cosas: que conoce los sectores e incluso las empresas de las que allí se hablaba; que es consciente de las limitaciones y también de las ventajas de las que Extremadura goza en comparación con otras regiones; y que acepta la crítica seria y constructiva. Con la brevedad de su intervención quiso ceder el protagonismo a quienes debían tenerlo, y también dejó clara su disposición a participar en experiencias y debates como este siempre que se lo solicitemos, como ha hecho hasta aquí.

La parte lúdica y gastronómica final de Quinto Cecilio fue posible gracias a la generosidad de las empresas participantes, que regalaron algunas muestras de sus productos para que Julio César, en su cocina y con la ayuda de sus profesionales, los sirviera a los asistentes en una velada que se prolongo hasta las doce de la noche y en la que todo el mundo pudo conversar sobre los temas tratados, los productos degustados y las empresas que los elaboran.

Así, pudimos degustar los frutos secos de Bioterra, el magro y los patés de Acopaex, el jamón ibérico de Japasur, los quesos de cabra de Uniproca y S. Madera y las aceitunas y los vinos de Viñaoliva, junto con los vinos de Toribio y Coloma. El broche final lo puso el cocinero al servirnos una “espuma de caqui con yogur griego” que hizo las delicias de todos, elaborados con unos caquis especiales y espectaculares que fueron la materia prima aportada por Tany Nature a este postre final.

La próxima presentación de los Cuadernos será en el Hogar Extremeño de Madrid, el día 21 de noviembre, con la intervención de Cristina Narbona, que es lectora y seguidora de nuestra publicación.