El interés nacional de la vía férrea Ruta de la Plata

Los ingenieros romanos de la provincia de Hispania se dieron cuenta hace unos 2000 años de que unir el norte y el sur de ella por una ruta que discurriera a través del oeste de la misma, tenía un carácter estratégico. Y por eso acometieron la construcción de la calzada romana conocida como Ruta de la Plata.

Otros ingenieros españoles en el año 1896 también consideraron que la ejecución de una vía férrea que siguiera en paralelo la ruta romana, era asimismo estratégica para asegurar el transporte más idóneo en consumo energético tanto de viajeros como de mercancías entre el norte y el sur de la península. Unir los puertos del norte: Gijón, Avilés, Santander, Bilbao y también Coruña o Vigo con los del sur: Sevilla. Huelva, Cádiz o Algeciras era un acierto para conseguir un transporte optimizado en costes, energía y rapidez.

En 1985 una discutible decisión del gobierno español, siempre los políticos al medio y con la falaz argumentación de una pretendida y nunca demostrada falta de rentabilidad, se procedió al cierre del tramo Plasencia – Astorga para viajeros y diez años después para mercancías, rompiendo la comunicación ferroviaria norte – sur y obligando al paso por Madrid, que es un cuello de botella para el tráfico ferroviario.

Un movimiento de la sociedad civil, abanderado por las Cámaras de Comercio e Industria de las ciudades por la que discurre la vía férrea del Corredor Oeste Ruta de la Plata, están tratando de que se proceda a la reapertura de este corredor férreo entre Plasencia y Astorga integrándolo en la Red Básica Transeuropea de Transporte, lo que es condición “sine qua non” para poder recibir financiación europea.

La reapertura de la vía férrea del Corredor Oeste – Ruta de la Plata es una actuación de interés nacional pues afecta a una extensión muy importante de España y a cuatro comunidades autónomas de manera directa: Asturias, Castilla y León, Extremadura y Andalucía, pero también indirectamente a Cantabria, País Vasco o Galicia con una variante internacional como es la mejora de las comunicaciones con Portugal y puertos tan importantes como Sines o Leixoes.

España no puede seguir centrifugando inversiones y población hacía el este, priorizando el Corredor Mediterráneo en detrimento de actuaciones en el Corredor Atlántico y en la Ruta de la Plata que une los dos brazos de este corredor, comenzando por el tramo estratégico Plasencia – Salamanca que permitiría la reanudación de la comunicación directa ferroviaria entre el norte y el sur sin tener que pasar obligatoriamente por Madrid como ocurre actualmente.

La priorización de inversiones ferroviarias hacia la zona mediterránea no puede hacerse en detrimento de las actuaciones que hay que llevar a cabo en el oeste español, zona muy castigada por la emigración y el vaciado de población. La reapertura de la vía férrea del Corredor Oeste – Ruta de la Plata dotaría a esta zona de una infraestructura moderna de transporte que permitiría la llegada de nuevas industrias al disponer de una salida rápida y económica para sus productos tanto hacia Europa como hacia África y América.

Por eso desde la sociedad civil entendemos que la reapertura de la vía férrea del Corredor Oeste – Ruta de la Plata integrándola en la Red Básica Transeuropea para poder ejecutarla en el menor plazo posible y financiarla con fondo europeos, es de alto interés nacional para España y por esta razón hay que exigir su reapertura en el plazo más breve posible, compatible con la redacción de estudios técnicos y ambientales, de los proyectos constructivos y de la consiguiente licitación y ejecución de las obras.

En la jornada celebrada en Plasencia en noviembre de 2022 ya se puso de manifiesto el interés indudable que, para diversas empresas agroalimentarias, de logística y automovilísticas que intervinieron, tiene la reapertura del Corredor Oeste – Ruta de la Plata por los indiscutibles ahorros en costes y tiempos que supone la misma.

Y les pongo un ejemplo. Transporte desde la futura giga factoría de baterías de litio a ubicar en Navalmoral de la Mata hasta una zona industrial automovilística como es Valladolid. Distancia por vía férrea: Navalmoral – Madrid – Valladolid: 448,9 km. Distancia: Navalmoral – Plasencia – Salamanca – Valladolid: 344,2 km. Aparte del ahorro de más de 100 km de recorrido, hay una mejora adicional del tiempo de transporte al evitar el paso por Madrid que es un cuello de botella para el tráfico ferroviario. El ahorro de energía y tiempo es patente.

Por eso la reapertura de la vía férrea Corredor Oeste – Ruta de la Plata, comenzando por el tramo estratégico Plasencia – Salamanca y su continuación en los tramos Salamanca – Astorga y Mérida - Sevilla es de interés nacional por las razones antes apuntadas. Recuperar esta infraestructura con una doble línea electrificada, supondrá el resurgir de unas áreas amenazadas de despoblamiento y la posibilidad de constituir un corredor multifuncional de transporte de mercancías y viajeros, energético (posibilidad de transporte de hidrógeno verde o combustibles naturales) y digital.

La inversión inicial de unos 900 millones de euros, en el tramo Plasencia – Salamanca puede ser asumible por el estado español en la parte no financiable por la UE y sería un balón de oxígeno para el desarrollo del oeste de España.

La equidad, la justicia distributiva y el interés nacional exige un equilibrio de inversiones entre el este y el oeste de España. Y el gobierno español ha de garantizar este equilibrio.

POR: José Ignacio Sánchez Sánchez – Mora

Miembro del Grupo de Trabajo ‘Corredor Oeste – Ruta de la Plata’.