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El Pera: “Si vuelcas, no te rompas el cuello intentando salir del coche”

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22 de Febrero de 2018

Juan Carlos Delgado Caballero, más conocido como 'El Pera', nació en Getafe (Madrid) en 1969, en el seno de una familia obrera.

Según se conoce de él, comenzó a delinquir a los siete años con pequeños robos en supermercados, más tarde robó coches y pisos; a los 11 años ya lideraba una banda de adolescentes que atracaba joyerías y bancos.

Por ello, había sido detenido por la policía en más de 150 ocasiones, escapándose además de varios reformatorios. Todo apuntaba a que moriría en algún tiroteo o persecución policial, o bien, con un poco de suerte, viviría en la cárcel.

No fue así, pues ingresó en la Ciudad Escuela de los Muchachos y le cambió la vida. Comprobó y demostró que de la delincuencia también se puede salir. Actualmente, El Pera es probador de coches, especialista de cine, crítico automovilístico, da clases de conducción evasiva a la Guardia Civil y trabaja en Telemadrid.

Con El Pera, que llegó a ganar el campeonato de España de la Copa Renault y que inspiró la película ‘Volando voy’, estrenada en 2006, ha hablado 7Dias sobre algo que a Juan Carlos Delgado Caballero le apasiona: conducir.

Hacer volcar un coche es algo muy cinematográfico. ¿Es fácil?

Para volcar un coche en el cine se usan rampas, se usan muelles hidráulicos, objetos que están camuflados ante la vista… pero son coches preparados previamente y conducidos por especialistas, con lo que todo resulta más fácil.

¿Cómo es posible, entonces, volcar mientras se conduce por la calle o en la carretera sin que se den esas condiciones?

Hay varios factores. El primero, la presión y estado de los neumáticos. Los neumáticos son los zapatos del coche. Si los zapatos están en malas condiciones facilitan que el coche vuelque. Y si la presión es incorrecta, por ejemplo porque hay una diferencia de medio kilo entre los neumáticos, el coche tendrá más agarre en un lado que en el otro y será muy fácil que, en una situación violenta, en un giro brusco del volante o en una frenada brusca, el coche tenga una reacción extraña y vuelque debido a la inercia.

Influye también mucho la velocidad, así como que el pavimento tenga baches o haya un bordillo o cualquier otra cosa que haga que el coche se incline y, con la velocidad y ese fallo de presión en los neumáticos, pueda ‘llantar’ y, consecuentemente, volcar.

¿Hay automóviles con los que es más fácil volcar?

No se puede afirmar que sea más fácil que vuelquen unos coches u otros. Lo que sí puedo decir es que, cuanto mayor sea el volumen y más alto sea un vehículo, más fácil es que vuelque.

Es más difícil que vuelque un vehículo ‘coupé’, o un automóvil muy bajo, que un vehículo alto. Un todoterreno tiene más facilidad para volcar debido a su volumen, peso y altura. ¿Marcas y modelos que, históricamente, han sido más difíciles de volcar? El Citroën dos caballos. Era prácticamente imposible volcarlo. Coches de ahora que son más fáciles de volcar: quizá las marcas más débiles.

¿Qué deben hacer los ocupantes de un vehículo que ha volcado completamente para evitar sufrir más daños?

Lo primero tener paciencia aunque la situación sea muy extrema. Si llevamos los cinturones de seguridad puestos, que es lo normal y lo obligatorio, es necesario tener en cuenta que muchas personas que no han sufrido daños en el accidente, cuando intentan salir rápidamente del vehículo no reparan debido al nerviosismo, que están colgadas bocabajo sujetas por el cinturón de seguridad, y cuando lo desabrochan caen sobre el techo del automóvil y muchas veces se rompen el cuello.

Y ¿qué hay que hacer para evitarlo?

Poner la mano en el techo, apoyarse fuerte para sostener nuestro peso, soltar el cinturón e ir flexionando el brazo hasta que tengamos el cuerpo sobre el techo y podamos adoptar una postura normal.

Si el coche ha sufrido un impacto importante es posible que no se puedan abrir las puertas; en ese caso, hay que intentar salir por el maletero, que es la parte que menos sufre en la mayoría de los accidentes. O dar una patada brusca y romper alguna de las lunas, si no se han roto. También se puede golpear la luna delantera, que se agrieta pero no se rompe, hasta que la podamos desplazar.

¿El diseño actual de las calles y avenidas es el adecuado para evitar accidentes? ¿Son eficaces las bandas sonoras y los resaltes en la calzada para aumentar la seguridad al circular?

Las calles cada vez son más anchas, tienen mayor visibilidad, lo que hace que la gente se envalentone y corra más de la cuenta. Las rotondas, cuanto más grandes son más seguras y cuanto más pequeñas, más peligrosas, puesto que en muy pocos metros se juntan muchos vehículos.

Por supuesto que las bandas sonoras son muy eficientes, pues hacen reaccionar a los conductores que se han distraído con el móvil, con el navegador o lo que sea. Todo lo que ayude a la conducción es necesario.

Vivimos una revolución en el automóvil. Se habla de 'coches inteligentes' que ya ni siquiera necesitan conductor.

Por supuesto, ya que hacen la conducción más segura. La electrónica de los vehículos toma decisiones propias y corrige los errores de los conductores. Aunque hay ciertas cosas que sobrepasan a la tecnología. Por ejemplo la física.

Por mucha electrónica que lleves en control de tracción y de estabilidad, si una curva es de 60 kilómetros por hora y la tomas a 200, lógicamente saldrás volando sin que la electrónica pueda evitarlo. Pero la tecnología ayuda mucho en la conducción, evita numerosos pequeños accidentes y cada vez el coche tiene más protagonismo y el conductor, menos. Afortunadamente, la tecnología va por delante del conductor.

¿Terminarán estas innovaciones con los accidentes?

Desde luego que no. Pero los está reduciendo. Se corre en España mucho menos, se conduce mejor y se va de forma más segura. Creo que es muy importante que las marcas gasten mucho dinero en seguridad, tanto activa como pasiva.

Y tanta automatización, en aras de la seguridad, ¿terminará con el placer de conducir?

El placer de conducir se ha terminado en muchos aspectos. La electrónica toma cada vez más protagonismo. Se puede disfrutar del coche descapotándolo, se puede disfrutar de un todoterreno en pequeñas aventuras por el campo, pero desde luego, quien quiera disfrutar de una conducción pura y tener esas sensaciones de placer que transmite la conducción tendrá que irse a un circuito, donde podrá ponerse al límite, quitar todos los controles de seguridad activa y pasiva que lleva un vehículo, y ponerse a prueba a sí mismo.

La calle no es un circuito; en la calle no se deben hacer pruebas. Se puede disfrutar conduciendo por la calle, pero con las limitaciones y responsabilidades que conlleva el Código de la Circulación.

Puedes disfrutar de lo bien que se comporta el coche, tanto en aceleración como en frenada, o de cómo reacciona en las curvas, pero quien quiera demostrar que es mejor que Fernando Alonso, que se apunte a un campeonato e intente ganar a las celebridades de la Fórmula 1.

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