FONDENEX pide el cierre de Almaraz y resuelve dudas sobre el embalse de Arrocampo
5 de Octubre de 2024
La polémica con la Central de Almaraz sigue sembrada. A lo largo de los años los poderes públicos han recurrido a extender los plazos de su cierre, mientras que otros han peleado por hacerlo más inminente.
En torno a ello, desde Fondo para la Defensa del Patrimonio Natural y Cultural de Extremadura (FONDENEX), manifiestan que “es curioso que a quienes les ha importado un bledo las ZEPAs de Extremadura durante años, ahora recurran a esta figura de protección de la Unión Europea para intentar parar el cierre de la central nuclear de Almaraz”.
También se han referido a la consejera de Agricultura, como alguien que “reniega continuamente de la Red Natura 2000”, asegurando que “ahora se agarra a ella como a un clavo ardiendo para evitar el cierre de la Central Nuclear de Almaraz (CNA). Mayor hipocresía, es imposible”, destacan.
“La presa del embalse se construyó en 1976 para refrigerar los dos reactores de la CNA. En el lugar que hoy ocupan las aguas, casi 800 has., había una magnifica dehesa, en modo alguno muy aclarada. Unos encinares típicos del Campo Arañuelo. Decir que era una dehesa muy aclarada, es falso: hoy día la construcción de la presa no hubiera superado la normativa de estudio de impacto ambiental regional, estatal, ni de la Unión Europea”.
Desde la organización sostienen que “no hay sitio en el mundo donde se cree una zona húmeda, a la que no acudan aves y otros animales ligados al medio acuático. Arrocampo no iba a ser una excepción, y considerando las características poco propicias para anátidas, ardeidas (garzas), limícolas (andarríos…) de los embalses de Torrejón y Alcántara (que destrozaron algunos de los bosques de ribera mejor conservados de Extremadura), este pequeño embalse, con pocas oscilaciones de nivel de sus aguas, propició la presencia de algunas de estas aves”.
FONDENEX manifiesta que los propietarios de la CNA y quienes apoyan que continúe abierta “quieren dar a entender a la opinión pública extremeña que Arrocampo es el ‘Doñana’ de Extremadura, lo que es, totalmente incierto porque la realidad es muy distinta”.
“¿Qué hace diferente al embalse de Arrocampo de otros embalses de Extremadura? Pues la temperatura del agua, ya que ésta se utiliza para refrigerar los dos reactores atómicos de la planta nuclear. El agua sale a mayor temperatura que entra (en algunas épocas del año casi a 40 ºC) y el agua del embalse, también está más caliente que en el resto de embalses extremeños, lo que propicia, por un lado, un mayor crecimiento de materia orgánica (eutrofización) y por otro lado una mayor productividad de los peces no autóctonos que viven en estas aguas ‘tropicales’. Si el embalse de Arrocampo no vertiera periódicamente al de Torrejón y si de este no se trasvasara agua a la ‘piscina de refrigeración’ de la CNA, el agua será inviable para la vida de la ictiofuna e incluso para la propia refrigeración de los reactores”.
Además, han catalogado de “patético, bochornoso e hipócrita que entidades que nunca han defendido el Patrimonio Natural de Extremadura, y, menos, la Red Natura 2000 y sus ZEPAs, argumenten que la CNA no se debe cerrar porque perjudicaría a las aves del embalse de Arrocampo. Este es un razonamiento científico de tal calibre que se podría comparar a quienes puedan defender que la Tierra es plana o que el Sol es el que gira alrededor de la Tierra.
Si se cierra la CNA, y FONDENEX así lo espera, no va a pasar nada con las aves de Arrocampo, que seguirán existiendo con la misma biodiversidad y en la misma cantidad, sólo con una buena gestión del embalse, lo que es muy fácil”, concluyen.
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