La Cuenca del Guadiana tiene el 85 % de su masa de agua subterránea en mal estado
30 de Octubre de 2022
La demarcación hidrográfica del Guadiana tiene el 85 % de las masas de agua subterránea en mal estado global, es decir, 17 de las 20 masas de la cuenca no cumplen con los objetivos medioambientales que fija Europa. El mayor problema por dimensión es químico y derivado de los nitratos, tanto de la agricultura como de la ganadería, con el 80 % de las masas en mal estado por superar el límite de 50 miligramos de nitratos por litro de agua.
Esta situación se ha convertido ya en un riesgo para la salud en algunos puntos. Cada vez son más habituales las advertencias de ayuntamientos de diferentes áreas para que la población más vulnerable no beba agua del grifo porque supera los máximos admitidos para la salud en contaminación por nitratos (50 mg/l).
Son datos del informe SOS ACUÍFEROS, que Greenpeace ha presentado hoy en rueda de prensa, una radiografía de las 804 masas de agua subterránea que tiene España, y que da buena cuenta del problema creciente de nuestras reservas de agua.
La investigación, que permite al usuario geolocalizar cualquier ubicación del territorio, deja un balance alarmante: el 44 % de las masas de agua subterránea en España se encuentra en mal estado, según el análisis realizado de los documentos presentados en los planes de tercer ciclo de planificación (2022-2027). Esto supone tener un total de 353 masas de agua subterránea en mal estado.
En extensión superficial se superan los 140.000 kilómetros cuadrados, lo que supone un impacto que abarca casi el 40 % de la superficie total que ocupan todas las masas de agua subterránea en España.
El 27 % de las masas de agua subterránea en España se declara en mal estado cuantitativo, es decir, se extrae más agua de la que es capaz de reponer el ciclo natural; el 30 % se encuentran en mal estado químico, o sea que se ha alcanzado un nivel de contaminación (sobre todo por nitratos pero también plaguicidas, metales…) por encima de los niveles máximos para la salud humana; y el 14 % se declara en mal estado cuantitativo y químico. Si una masa suspende en alguno de estos dos parámetros, o los dos, se considera que está en mal estado global.
Entre las principales cuencas analizadas pormenorizadamente, el mal estado general de sus acuíferos es variable pero, en todas, preocupante: Ebro (37 %), Guadiana (85 %), Guadalquivir (52 %), Segura (69 %), Júcar (47 %) y Duero (29,6 %)
“Es evidente que España ha descuidado y sigue descuidando sus aguas subterráneas”, ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de agua de Greenpeace. “Este descuido llevará a graves problemas en el abastecimiento humano. En España, según el Gobierno, el 30 % de la población se abastece con aguas subterráneas. En la Cuenca del Duero, por ejemplo, el 67 % de los núcleos de población se abastece exclusivamente de agua subterránea, lo que significa que el mal estado químico y cuantitativo puede afectar de manera directa al agua del grifo y dejarlos definitivamente sin agua”, ha añadido Barea.
El descuido de las masas de aguas subterráneas es tal que el 22 % de ellas no dispone de un sensor que mida la evolución del nivel del agua (sensor piezométrico) que permita, por tanto, conocer con detalle su estado cuantitativo en base al nivel freático.
Según ha manifestado en la presentación la directora ejecutiva de Greenpeace, Eva Saldaña, “o las Confederaciones Hidrográficas y los gobiernos, del color que sean, empiezan a tomarse este problema en serio o, de seguir con las mismas políticas de despilfarro, agresión y contaminación del agua, este país puede encontrarse en los próximos años con serios apuros para abordar el abastecimiento. Las previsiones de cambio climático para la península auguran un descenso significativo de las precipitaciones y de disponibilidad de agua en superficie y será entonces cuando haya que aprovechar, aún más, las aguas subterráneas”.
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