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Nacional

Los equipos de rescate están a menos de 20 metros de Julen

Nacional

21 de Enero de 2019

Los equipos de rescate están a menos de 20 metros de Julen

En Totalán (Málaga) se está librando un combate feroz, una auténtica batalla campal entre los hombres y la tierra. La vida del pequeño Julen, de dos años y medio, es el trofeo, y el tiempo actúa como árbitro.

En la madrugada de este domingo ya se habían alcanzado los 45 metros de profundidad en el pozo de sondeo que se está taladrando junto al agujero en el que, se supone, se encuentra atrapado el niño desde hace más de una semana. Ya en la mañana de este lunes, las noticias aseguran que se ha bajado hasta los 53 metros en ese pozo paralelo al de la desgracia.

Son muchos metros, por la dureza del terreno y por el diámetro del sondeo, pero no son suficientes. A pesar de que el terreno ha sido rebajado unos veinte metros, aún faltan siete para llegar a los 80 (20 del rebaje + 52 + 7, que todavía falta por perdorar verticalmente) de profundidad en los que se cree que está el niño. Además, el pozo de acceso está separado 4 metros del pozo original y para comunicar uno con el otro habrá que abrir una galería.

Pero más que la profundidad, lo decisivo es el tiempo. La permanencia del pequeño en el pozo ha entrado ya en ese segmento horario en el que la capacidad de la resistencia humana se agota.

Y aún falta mucho para que se pueda llegar hasta Julen. Además de perforar esos 7 metros que aunque quedan en vertical, hay que colocar tubos en el pozo nuevo para que al entubarlo, lo que también se denomina encamisarlo, y que las paredes del agujero no se desplomen. Y es necesario asegurar esos tubos con material de relleno y con conducciones de aire. Cuando ofrezcan garantías de seguridad, los mineros asturianos especialistas en rescates en las profundidades de las galerías bajarán al nuevo pozo de dos en dos y en turnos de media hora abrirán a mano una galería de 4 metros para llegar hasta donde se cree que está Julen. Es decir, que los equipos de rescate que la pasada madrugada estaban a menos de veinte metros del niño, están ya a unos once (7+4). No obstante, no se sabe exactamente cuánto tiempo se tardará en perforar el conducto de acceso. Todo depende de la resistencia que tenga el terreno, de que haya más piedras duras o no y de que la operación no ponga en peligro la vida de los rescatadores más allá de límites asumibles, entre otros factores, como la meteorología. El factor humano no va a doblegrse. Los rescatadores están dispuestos a todo.

Con estos condicionantes, se espera que los mineros lleguen hasta el pequeño el martes, en una lucha contra el reloj que no deja de poner piedras en el avance de las máquinas y de las personas hacia un niño de dos años al que se tragó la tierra hace más de una semana. Mucho tiempo ha transcurrido ya desde el accidente, pero aún se confía, se anhela que no sea demasiado.

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