OPINIÓN: La EPA retrata una legislatura perdida
29 de Enero de 2019
114.400 personas sin empleo, 23'10% de tasa de paro, 7.400 parados más que en el trimestre anterior.
Estas son las heridas que trazan el daguerrotipo de Extremadura, enmarcado en la cuarta y última encuesta de población activa que ha dado a conocer el Instituto Nacional de Estadística. ¡Epa con la EPA!
A pesar de las contrataciones en el sector servicio, por la campaña de Navidad, el paro aumentó en 7.400 personas durante el último trimestre del año con respecto al trimestre anterior.
La tasa de desempleo también aumentó y, al finalizar 2018, era la mayor de entre todas las regiones; incluida Andalucía que ha cerrado el año con una notable subida del empleo. La mayor entre todas las comunidades autónomas.
Extremadura continúa por encima de las 100.000, cifra que separa al optimismo del pesimismo, y de las 114.000 personas sin empleo, a pesar de que la emigración, que no cesa, se lleva lejos de su tierra a miles de extremeños con edad y ganas de trabajar.
Estas son las cifras del drama, de la tragedia personal de cada una de esas 114.400 personas que han declarado a quienes realizan la encuesta de la EPA que no tienen empleo. Y también es la tragedia colectiva de una región, de un pueblo, de un millón y pico de habitantes que sobreviven en el abismo de una tasa de desempleo del 23'1%. Del 24'1% en la provincia de Badajoz a la que, en este apartado del carnaval de las desgracias, sólo aventaja Cádiz, con el 27'3%.
Y usted dirá, y con razón, que no todo es malo, que durante el año 2018 se han creado empleo -9.500 puestos de trabajo netos- y el paro se ha reducido, pasando de las 123.000 personas sin empleo con las que concluyó el año 2017, a las 114.400 con las que se ha cerrado el 2018.
Y es verdad, pero no basta. No es suficiente. Es más, esa reducción conduce al espejismo, al engaño. En la carrera sin descansos hacia el futuro, Extremadura avanza a trompicones, pero cada vez está más atrás, pues las demás regiones corren más y la dejan más lejos de la cabeza, más vacía en su soledad, con sus más de cien mil parados, haciendo lo que en el argot ciclista se denomina la goma.
¿Converge Extremadura? No converge. Convergen los extremeños que parecen nacer 'apuntados al paro' o a la emigración.
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