Sánchez conversa telefónicamente con Mohamed VI tras concederle el Sahara Occidental

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mantenido hoy una conversación telefónica con el rey de Marruecos, Mohamed VI, en la que han hablado sobre la nueva etapa abierta en las relaciones entre ambos países.

La pasada semana conocíamos a través de un periódico marroquí que Pedro Sánchez había concedido el estatus de autonomía a Marruecos sobre el territorio saharaui, tal y como exigía el reino alauí desde hace décadas.

Rápidamente, la decisión fue reprochada desde el propio Gobierno de coalición Psoe/Podemos, al defender los segundos la causa saharaui y el derecho a que conformen un país independiente a Marruecos.

Una lucha que se remonta a 1975, en la que viene trabajando el Frente Polisario con la finalidad de conseguir conformar un país para un pueblo que se encuentra disgregado en varios campos de concentración como el de Tinduf.

Argelia (principal proveedor de gas a España) no ha visto con buenos ojos la decisión unilateral de Sánchez, y habrá que observar en próximas fechas qué nuevas piezas se mueven en este tablero del norte de África.

El Gobierno lo ha catalogado como una etapa basada en “la transparencia y la comunicación permanente, el respeto mutuo, el cumplimiento de los acuerdos firmados por ambas partes, así como la abstención de toda acción unilateral para estar a la altura de la importancia de todo lo que compartimos y evitar futuras crisis entre nuestros dos países”.

El rey, Mohamed VI, ha invitado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a realizar una visita a Rabat en los próximos días para poner en marcha esta nueva hoja de ruta que según el Gobierno “consolida esta nueva relación: una hoja de ruta ambiciosa, a la altura de dos países vecinos y socios estratégicos”.

Respecto a la misma, el presidente viajará a Rabat acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares Bueno.

La cesión de Sánchez, reconocido por algunos de sus ministros, viene dada para evitar la presión migratoria sobre las fronteras compartidas, y para que se olviden de sus pretensiones en Ceuta, Melilla y Canarias, aspecto este que ha sido puesto en entredicho desde amplios sectores de la sociedad durante las últimas dos semanas.