Una persona desconocida se cuela en un piso de chicas estudiantes

Una chica extremeña residente en un piso de estudiantes, en Badajoz, ha denunciado ante la Policía Nacional que alguien entró en la vivienda, a las 23:30 horas del sábado, día 16, cuando ella estaba sola, en el cuarto de baño.

La joven se estaba duchando mientras escuchaba música a través del teléfono móvil. A pesar de ello sintió ruidos fuertes que, en principio, atribuyó a los vecinos, aunque le parecía que procedían del interior de la vivienda. A continuación oyó que abrían la puerta de su habitación. En ese momento apagó la música y escuchó pasos dirigiéndose hacia el cuarto de baño. La persona desconocida intentó entrar en el aseo, y la chica pudo ver que se movía la manecilla de la puerta y que alguien intentaba forzarla dándole golpes, cosa que no consiguió porque estaba asegurada con pestillo.

Presa del pánico, la joven llamó por teléfono a un amigo. Todavía encerrada en el cuarto de baño y sin dejar de hablar con su amigo, la chica oyó como arrastraban sillas y abrían el grifo de la cocina.

El amigo se dirigió inmediatamente hacia el piso de la joven y en el camino se encontró con dos agentes de la Guardia Civil, que le acompañaron hasta el piso. El joven le contó a su amiga, a través del teléfono, que le acompañaba la Guardia Civil, lo que fue repetido en voz alta por la chica.

Al oírlo, la persona que había allanado la vivienda abandonó el piso y dio sendos portazos, tanto en la entrada al domicilio como en el portal.

La persona desconocida tiene llave de la vivienda, lo que no es muy raro en un piso que sistemáticamente se alquila a estudiantes, y la usó tanto para entrar como al salir.

Cuando el chico y los guardias civiles llegaron a la vivienda, la chica estaba llorando cubierta simplemente por un albornoz. Los agentes registraron el piso sin encontrar algo especialmente raro y aconsejaron a las chicas que denunciaran lo ocurrido en la comisaría de Policía y que no durmiesen esa noche en la vivienda que tienen alquilada.

El domingo en comisaría se les aconsejó, además, que cambiasen la cerradura de la vivienda.

Las jóvenes, con el miedo en el cuerpo, pues la Policía no logró tranquilizarlas diciéndoles que podría haberles ocurrido algo peor, durmieron fuera de su piso y volvieron a pernoctar en su casa el domingo, no sin antes tratar de asegurar la puerta con pestillos y todo tipo de topes, a la espera de que la dueña de la vivienda cambie la cerradura.

La persona desconocida que entró en la vivienda no se llevó nada de la misma, a pesar de que había aparactos informáticos a la vista, según ha declarado a 7Días una de las chicas residentes en el piso.