"Ningún joven está preparado para independizarse a los 18 años"
La juventud española encara su futuro con la ardua tarea de encontrar empleo y vivienda en un contexto marcado por una tasa de paro de 26,58 % en menores de 25 años y una edad de emancipación en torno a los 30,4 años frente a la media europea de 26,3. Una situación aún más difícil para los jóvenes que crecen en el sistema de protección, ya que la mayoría de edad implica el fin del acogimiento y una súbita transición a la vida adulta en la que no cuentan con los apoyos necesarios para su plena integración sociolaboral.
Según Aldeas Sin Fronteras, “más de 51.000 niños y adolescentes en España crecen en el sistema de protección y un total de 4.366 alcanzaron la mayoría de edad en el último año. Esto supone el cese inmediato de la medida de acogimiento y el inicio de su independencia en una etapa en la que carecen de redes familiares que les sirvan de apoyo, lo que complica su integración social y laboral. Este tránsito súbito a la vida adulta los sitúa en desventaja con respecto al resto de jóvenes y contribuye a su distanciamiento del sistema educativo y del mercado laboral, convirtiéndolos en uno de los grupos más vulnerables de la sociedad”.
Con motivo del Día Internacional de la Juventud, que se celebró el 12 de agosto, Aldeas Infantiles SOS recuerda que “no basta con alimentar, educar y proteger a la infancia en acogimiento, sino que se debe procurar su desarrollo integral con vistas a su plena integración en la sociedad. El sistema de protección es garantista, pero necesita más compromiso con la infancia y con la juventud, puesto que en Europa nadie está preparado para 'salir al mundo' a los 18 años y mucho menos los chicos y chicas que vienen de esta situación". Así lo afirma el director de la Aldea de San Lorenzo de El Escorial, Mario Ramos, en el episodio de Protección a la infancia que la organización publica en su plataforma de vídeos #TenemosMuchoQueDecir a raíz de esta efeméride.
En él, Aldeas también recoge el testimonio del director del Programa de Jóvenes en Madrid, Juan José Cerviño: "En España, la edad media de emancipación está por encima de los 30 años. Esto implica una reflexión sobre el sistema de protección ya que el tránsito a la vida adulta debería ser una fase más del proceso de acogimiento".
Un acompañamiento integral adaptado a las necesidades de cada joven
A través de su Programa de Jóvenes, Aldeas Infantiles SOS lleva más de cincuenta años acompañando a chicos y chicas que han crecido en sistema de protección o se encuentran en situación de vulnerabilidad y que, al cumplir la mayoría de edad, necesitan ayuda para completar su independencia. En el último año la organización atendió a 1.388 jóvenes.
El trabajo comienza cuando aún son adolescentes, a través del Proyecto Tránsito a la Vida Adulta, en el que preparan su Proyecto de Vida, diseñando opciones de futuro y realizando talleres de formación. Aldeas también cuenta con talleres profesionales de automoción y de cocina en los que jóvenes de 16 a 18 años realizan 120 horas de prácticas para lograr experiencia laboral de cara a su primer empleo.
Tras cumplir la mayoría de edad, el Proyecto de Autonomía les proporciona alojamiento, apoyo económico y acompañamiento emocional y laboral. A ello se une el Programa de Becas para quienes retoman sus estudios y un Servicio de Empleo que les apoya en la búsqueda de trabajo y en el seguimiento de procesos formativos y laborales. Una vez alcanzan la independencia, el Proyecto de Emancipación de Aldeas continúa dándoles apoyos puntuales en función de las necesidades particulares de cada joven: económicos, psicológicos, ayuda en la búsqueda de empleo, etc.
DECÁLOGO DE PROPUESTAS DE ALDEAS INFANTILES
-El interés superior del niño o niña ha de ser el principio fundamental en la toma de decisiones sobre su emancipación.
-Debe tenerse en consideración la edad, el grado de madurez y las circunstancias particulares de cada chico y chica en cada decisión.
-Debemos garantizar el derecho a la participación de los jóvenes en la planificación de su salida del sistema de protección y asegurar que esta se realiza de forma gradual.
-La preparación para la transición a la vida independiente debe comenzar como mínimo dos años antes de alcanzar la mayoría de edad.
-Asignar a cada joven, siempre que sea posible, un educador/a de referencia que le acompañe en su camino a la independencia.
-Ofrecerles oportunidades de educación y formación profesional, así como acceso a servicios sociales, jurídicos y de salud, y una asistencia financiera adecuada.
-Homogeneizar las ayudas, los servicios y los apoyos que reciben los y las jóvenes que han crecido en el sistema de protección en las distintas comunidades autónomas.
-Formar y capacitar a todos los equipos que intervienen con niños, niñas y adolescentes en transición a la vida independiente tanto de los servicios sociales como del ámbito educativo en la transición a la vida independiente.
-Permitir que los jóvenes con necesidades especiales opten a servicios de apoyo que les permitan evitar una institucionalización innecesaria al llegar a la mayoría de edad.
-Alentar a los sectores público y privado a emplear a los y las jóvenes que crecen en el sistema de protección con el fin de garantizar que cuenten con las mismas oportunidades que cualquier chico o chica de su edad.
-Aldeas Infantiles SOS concluye que, para garantizar el cumplimiento de estas medidas, es precisa una modificación del sistema de protección que asuma explícitamente la transición a la vida independiente como una fase más del ciclo de protección y que prorrogue los apoyos necesarios para la plena integración de los chicos y chicas que crecen en él.