OPINIÓN: Los devoradores del patrimonio pacense
Hoy pasando por el Puente de Palmas, otra puñalada al corazón me supuso otro atentado más al patrimonio maltratado de la ciudad.
Se trata del recién "restaurado" hornabeque situado en uno de los extremos del Puente de Palmas. Un recinto que rezumaba historia desde sus indicadoras piedras, y que hoy, han puesto como un pastelito una fina capa de fondant que le roba todos sus atributos como monumento histórico artístico de la ciudad.
No sé quién será el "maestro repostero" de tanta barbarie, que destroza impunemente la magia monumental de nuestros edificios históricos, camuflando su origen y de manera tan puñetera, se obstina en disfrazar la historia de Badajoz con su "maravilloso enfoscado" que aplica sin criterio científico a todo inmueble.
Ya se repitió esta misma salvajada en la pésima restauración de la Puerta Trinidad, con el característico cemento con el que tratan de resolver las imperfecciones arquitectónicas.
¿Qué sabrán de la historia quienes han realizado ese atropello al patrimonio? O peor aún, ¿Qué asesoramiento técnico han tenido estas personas para tratar de restaurar algo sin criterio en la cronología del inmueble? Seguro que ninguno. Me parece que se están equivocando, autoridades de Badajoz con esta metodología del atentado a la historia. Creo que serán recordados en el futuro con epitafios como: "fue lamentable sus actuaciones a favor de la ciudad (que lejos de hacer el bien), han causado serios daños al patrimonio pacense".
No se entiende esta obstinada idea de ocultar las piedras y sillares de los edificios históricos de la ciudad. No se puede reinventar la historia solo porque a "alguien" le parece de ese modo, más estético e higiénico.
Lo penoso de esto, es que un individuo de estos que afloran tan levemente en política, tienen la potestad de destruir irremediablemente un patrimonio milenario que lleva en pie, más que un puñado de políticos ineficaces.
Insisto por favor, autoridades de Badajoz: busquen antes de emprender actuaciones semejantes, el criterio y asesoramiento de profesionales del patrimonio, pues jugamos muy seriamente con elementos que nos pertenecen a todos.
¿Qué será el próximo edificio o monumento para enlucir con el manto del cemento? Debería de haber cárcel para quienes destrozan nuestros bienes más preciados. Ahí queda.