Crece la preocupación por la situación de la sanidad
El estado de la sanidad sigue siendo un motivo de preocupación creciente para muchos ciudadanos a las puertas de unas elecciones autonómicas clave, ya que las comunidades gestionan buena parte de las competencias sanitarias.
Así lo refleja el barómetro de enero del CIS, que revela que la situación del sistema de salud es ya la cuarta respuesta más repetida cuando se pregunta a los ciudadanos por los principales problemas de España: un 17,2% de los ciudadanos lo identifican entre ellos, lo cual supone, además, que la valoración de la sanidad no ha vuelto a niveles previos a la pandemia casi tres años después de que esta comenzara.
Este porcentaje supone un repunte de más de dos puntos con respecto a diciembre, aunque las cifras de descontento aún están lejos de las que se registraron en noviembre, cuando un 26,6% de los ciudadanos incluyó la sanidad entre los principales problemas de España coincidiendo con la masiva manifestación que se celebró en Madrid en defensa del sistema público de salud.
El porcentaje registrado este miércoles, no obstante, sí es claramente superior al que se registraba cuando dio comienzo la pandemia (un 15,4% consideraba entonces un problema la situación de la sanidad), y especialmente supone un incremento en relación a los datos previos a 2019, cuando la preocupación comenzó a elevarse.
La preocupación, además, es transversal a los votantes de todos los partidos, aunque las formaciones de izquierdas tienen algunos electores más que ven el actual estado de la sanidad como un problema.
Las huelgas y manifestaciones se extienden
Este repunte de la preocupación por la situación sanitaria no es baladí en un momento en el que todas las formaciones políticas se están preparando para las elecciones autonómicas que tendrán lugar en mayo en 12 comunidades.
Las quejas de médicos, enfermeras y sector sanitario en general coinciden en buena parte en todos los territorios: hay tanto reivindicaciones laborales para mejorar los salarios y reducir las jornadas como denuncias por la falta de recursos y la consecuente dilatación de las listas de espera.