El desperdicio de comida: un problema bien solventado por los extremeños

Unos 1.400 millones de kilogramos de comida son desechados a la basura a nivel mundial según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, una cifra que sin duda es desoladora viendo las colas del hambre que hemos contemplado en los últimos años o la búsqueda incesante de alimentos por parte de comedores sociales o diferentes ONG.

Si se evitase el desperdicio de esos 1.400 millones de kilos de comida, un total de 3.472 millones de personas (el 44,3% de la población mundial) podrían ser alimentadas con el mínimo necesario para llevar una vida nutrida.

Según un estudio de Grundig y Beko sobre Desperdicio Alimentario y Prácticas Sostenibles en el Hogar, en Extremadura solo el 2% de los habitantes desperdicia alimentos en el hogar, ya que un 41% reserva la comida sobrante para la siguiente, el 32% lo reserva para otra ocasión y el 12% lo utiliza en otra receta. El 13% restante señala que, como no suele cocinar en exceso en casa, no tienen sobras.

El desperdicio alimentario es un problema responsable del 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Sin duda, disminuir la pérdida y desperdicio de comida reduce la pobreza y evita la aceleración del denominado cambio climático.

Además, con el actual contexto respecto al excesivo coste de la electricidad, el 60% de la población extremeña ha cambiado el uso de los electrodomésticos a la hora de cocinar, siendo el horno el electrodoméstico que más preocupa, a pesar de que el frigorífico consume más, por lo que para ahorrar es clave la elección de electrodomésticos eficientes.