25 Noviembre 2024
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Las drogas de diseño aumentan de forma exponencial en los últimos años

Las drogas de diseño aumentan de forma exponencial en los últimos años

 

Médicos internistas de todo el país se han congregado la pasada semana en la VIII Reunión del Grupo de Alcohol y Otras Drogas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que se desarrolló online y en la que se discutieron aspectos y compartieron experiencias y novedades en este campo de forma multidisciplinar y con participación de diferentes colectivos y perfiles profesionales. En esta edición, se abordaron durante la primera jornada los trastornos por consumo de alcohol en una mesa redonda en la que participaron también representantes de Psiquiatría, Trabajo Social y el colectivo de pacientes.

 

Otra mesa se centró en la prevención y hubo una discusión sobre distintos casos clínicos de interés. En la segunda jornada, se trató la situación del consumo de drogas en España, y hubo una mesa multidisciplinar para abordar la problemática del consumo de fentanilo. Al final de la jornada, se detallaron las distintas propuestas de proyectos de investigación del grupo.

 

En palabras del Ignacio Novo, coordinador del Grupo de Alcohol y Otras Drogas de la SEMI, dentro de los trastornos por consumo de alcohol debemos diferenciar “entre el trastorno adictivo en sí mismo y el daño orgánico inducido por el consumo de alcohol”. En muchas ocasiones, indica, “coexisten ambos y el consumo de alcohol se relaciona con el desarrollo de más de 60 enfermedades diferentes, incluyendo varios tipos de cáncer. El alcohol se sitúa como uno de los 10 principales factores de riesgo de morbimortalidad global y es responsable del 5% del total de fallecimientos en el mundo. Es además una de las tres principales causas evitables de muerte y de desarrollo de cáncer en menores de 55 años”.

 

Las complicaciones orgánicas más graves derivadas de su consumo abarcan desde el desarrollo de varios tipos de cáncer (como hepatocarcinoma, cáncer de páncreas o de esófago) a la aparición de enfermedades del hígado (como la cirrosis hepática, siendo el alcohol hoy en día la primera causa de desarrollo de esta enfermedad y, por tanto, la primera causa de necesidad de trasplante de hígado en el mundo), cardíacas (como la miocardiopatía dilatada) o neurológicas (como la encefalopatía de Wernicke).

 

Tal y como apunta el Dr. Novo, se calcula que “alrededor del 15% de las consultas médicas en España tienen potencialmente relación con el consumo de alcohol y que más de 150.000 ingresos hospitalarios al año están relacionados con patologías en las que interviene el consumo de alcohol”. Además, el alcohol, junto con la cocaína y el cannabis, se sitúa entre las principales causas de atención en Urgencias por intoxicaciones.

 

En el caso de Medicina Interna, “alrededor de un 10% de los ingresos se relaciona potencialmente con el consumo de alcohol, siendo las complicaciones derivadas de las enfermedades del hígado y las neurológicas las de mayor complejidad y consumo de recursos”.

 

Necesidad de un abordaje integral

 

Los trastornos por consumo de alcohol pueden considerarse como procesos sistémicos, que interactúan con otras enfermedades y precisan de un abordaje global, tal y como se ha enfatizado a lo largo de la reunión. Por supuesto un médico internista tiene esta capacidad, pero la complejidad de estas situaciones puede requerir del apoyo de otras especialidades médicas, como Psiquiatría, Digestivo o Neurología; otros profesionales sanitarios (como psicólogos) o el apoyo de Trabajo social, entre otros actores relevantes. La utilidad de las unidades multidisciplinares en la eficacia de los tratamientos, cumplimiento terapéutico y mantenimiento de la abstinencia está sobradamente demostrada, más allá de los fármacos o esquemas de tratamiento que se utilicen.

 

Consumo de drogas en España

 

El alcohol continúa siendo la droga más consumida en España, según los últimos informes del Observatorio Español sobre Drogas y Adicciones, el 93,2% de la población lo ha consumido al menos en alguna ocasión. En segundo lugar, aparece el tabaco, con un 69,6% y en tercera posición el cannabis, con un 40,9% y en un claro ascenso exponencial en la última década. Si observamos los datos de consumo habitual, el consumo de cannabis en al menos una ocasión en el año previo en la población de 15 a 64 años se sitúa en un 10,6%, siendo superado en esta estadística por los fármacos sedantes, con un 13,1% y seguidos por los opioides (6,8%), la cocaína (2,4%) y el éxtasis (0,8%). Al igual que el cannabis, el consumo de opioides y fármacos sedantes ha experimentado un aumento sustancial en los últimos años, si bien en las estadísticas globales se recogen también aquellos consumos con receta médica, por lo que resulta difícil conocer con exactitud el porcentaje de personas que los utilizan como droga recreativa.

 

Nuevas drogas “de diseño”

 

Las drogas “de diseño” con utilización de diversas sustancias químicas difíciles de detectar han aumentado de forma exponencial en los últimos años, haciendo muy complejo el diagnóstico de intoxicaciones en los servicios de urgencias y, sobre todo, creando dificultades para su manejo médico. Además, estas nuevas sustancias se diseñan en ocasiones recreando la estructura de fármacos analgésicos (como los opioides) o sedantes (como las benzodiacepinas), pero modificándola y amplificando sus efectos, a la vez que dificultando la posibilidad de revertir los mismos.

 

El número de atenciones urgentes por intoxicaciones por drogas se mantiene estable, si bien la detección conjunta de varios tóxicos, sobre todo alcohol, cocaína, cannabis y sedantes combinados entre ellos, se ha hecho cada vez más frecuente en este tipo de asistencias.

 

Además, el uso de algunos tipos de drogas psicoestimulantes o de sustancias volátiles inhaladas, difíciles de detectar y de consumo cada vez más extendido, ligados a la práctica de relaciones sexuales (ChemSex) ha aumentado también el número de consultas por efectos secundarios o prácticas sexuales de riesgo e infecciones de transmisión sexual relacionadas con el consumo de estos tóxicos. La adquisición de este tipo de productos está en auge y no existe una clara regulación en este momento que permita ilegalizarlos.