23 Noviembre 2024
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OPINIÓN: Los enemigos de Pedro Sánchez

Los enemigos de Pedro Sánchez

 

Pedro Sánchez siempre ha tenido un carácter marcado, dotes de liderazgo y don de gentes con las bases socialistas. No tanto así con los que un día fueron líderes, pero dejaron de serlo y que ahora se postulan como más partidarios de la derecha que de la izquierda.

 

Ante las voces internas del PP que apelan a un gran pacto de Estado entre populares y socialistas, se suman también exdirigentes del PSOE como es el caso del madrileño, Tomás Gómez. Quien fuese el candidato socialista a la Presidencia del PSM, ha solicitado que “Feijóo sea presidente”.

 

Por todos es sabido que entre Sánchez y Gómez nunca ha existido buena sintonía, pero también es cierto que un ‘hombre de partido’ no debería realizar según qué declaraciones en público. Sobre todo, si estas pueden perjudicar las negociaciones entre los partidos de izquierda que instan a una gran coalición para investir al socialista.

 

Sánchez llegó como Diputado al Congreso gracias a la renuncia de Pedro Solbes en 2009. Entonces, el todavía presidente en funciones del Gobierno de España, era concejal en el Ayuntamiento de Madrid. En 2010, precisamente, los periodistas parlamentarios otorgaron a Sánchez el premio como diputado revelación. A pesar de ello, en 2011 la circunscripción de Madrid no logró más de 10 diputados, por lo que Sánchez quedó fuera del Parlamento. Finalmente, en 2013 volvió al Congreso tras la renuncia de Cristina Narbona. Y fue ahí, cuando en pleno apogeo por la sucesión de Rubalcaba como Secretario General, saltaron todas las alarmas.

 

SU CANDIDATURA A LAS PRIMARIAS

 

El PSOE no pasaba por buenos momentos. En 2014 los resultados electorales en los comicios europeos no fueron buenos, por lo que había que propiciar urgentemente la sucesión. Y a pesar de que Rubalcaba haya sido tal vez uno de los mejores políticos que haya tenido este país, por su talante, capacidad de explicar y hacer comprender el sentido de la política, era necesario el cambio. No era su momento, pero fue su mayor sacrificio por vocación de servicio público en representación de su partido.

 

Por todos es sabido que las Primarias del 2014, siendo las primeras que se celebraban en el seno socialista tras muchos años, generaron un boom mediático sin precedentes. Eduardo Madina y Pedro Sánchez se enfrentaron, en abierto, generando una rotura que hubo que reconstruir después.

 

El resto de la historia es más reciente. Los enemigos no surgieron sólo fuera del PSOE, también dentro. Primero se convirtió en el primer líder no oficial de la oposición que ocupaba un asiento en el Parlamento para ‘escuchar y opinar, aunque sin voto’. Después llegaría un pacto fallido con Ciudadanos tras las elecciones del 2015, el ‘golpe de estado’ que sufrió como Secretario General cuando más de la mitad de la ejecutiva federal socialista dimitió en bloque y la renuncia a su acta de diputado, el Congreso de los socialistas precedido por las primarias con Susana Díaz, y su reencarnación en el ave fénix.

 

ÚLTIMA CAMPAÑA DE LAS ELECCIONES GENERALES

 

Si Pedro Sánchez ha resucitado tantas veces teniendo en contra a tantas personas, fuera y dentro de su propio partido, resulta evidente que poco puedan afectarle las denominaciones de origen que algunos le han atribuido durante estos años, y menos aún que el expresidente González no haya salido a apoyarle en la última campaña.

 

En cambio, Zapatero sí dio el ‘do de pecho’, como así lo hicieron los millones de votantes que refrendaron su apoyo. No es de esperar que estas declaraciones ahora, de un enemigo público y consolidado como es Tomás Gómez, le entren por un oído mientras le salen por el otro.

 

Convendría aquí recordar ese dicho que dice algo así como: ‘Ladran Sancho, luego cabalgamos’. Y es tal vez eso lo que alguna vez hayan comentado Yolanda Díaz y Pedro Sánchez en alguna conversación previa a las elecciones, y también posterior. Lo que sí está claro, es que, tras el regreso del dirigente socialista, el pacto por la coalición continuará.

 

Mientras tanto, los enemigos de Sánchez deberán buscar otra salida, para la que seguramente éste ya haya encontrado una solución.