Medicamentos que podrían causar reacciones adversas
Si estás sufriendo calambres constantes, pueden tener algo que ver con tu tratamiento contra el colesterol. Si tienes, además, sequedad en la boca, esta, puede estar siendo causada por un fármaco del que no sospechas nada.
EFECTOS SECUNDARIOS DE LOS FÁRMACOS
Los medicamentos son sustancias químicas o biológicas diseñadas para ejercer un efecto beneficioso en nuestro cuerpo, ya sea de tipo terapéutico, preventivo o incluso diagnóstico. Pero, en ocasiones, también pueden provocar otros efectos en el organismo: cuando eso ocurre, se habla de efectos secundarios o colaterales y, en teoría, pueden ser tanto positivos como negativos.
No obstante, la gran mayoría resultan perjudiciales para la salud. Son las llamadas reacciones adversas a los medicamentos o RAM.
REACCIONES ADVERSAS DE MEDICAMENTOS MUY HABITUALES
Antihipertensivos y tos persistente
Los IECA o inhibidores selectivos de la enzima convertidora de angiotensina son una familia de medicamentos que inhiben una enzima necesaria para la producción de angiotensina II, hormona que produce vasoconstricción y en consecuencia aumento de la presión arterial. Los IECA al inhibir la formación de esta sustancia consiguen disminuir la presión arterial y hacen que el corazón no tenga que trabajar tan duro. Esos fármacos son enalapril, ramipril, captopril, lisinopril, perindopril, fosinopril, trandolapril, quinapril, benazepril o imidapril.
El problema de los IECA es que impiden que esa misma enzima a la que se inhibe intervenga en otros procesos, y como consecuencia de ello se acaba acumulando en el organismo la bradiquinina, que causa una tos seca y persistente.
Para evitarlo, el médico puede interrumpir el tratamiento con estos farmacos y recetar otros, los conocidos como ARAII (candesartan losartan, irbesartan, valsartan, etc.), que bloquean la acción de la angiotensina II sin afectar los niveles de bradiquinina.
Antiinflamatorios y molestias gástricas
Los AINE o antiinflamatorios no esteroideos son un gran grupo de fármacos, que incluye principios activos tan comunes como ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno, dexketoprofeno, ketoprofeno, aceclofenaco, indometacina, ketorolaco, nabumetona, ácido mefenámico o ácido acetilsalicílico. Son capaces de combatir el dolor e inhibir la formación de las prostaglandinas, unas sustancias que facilitan los procesos inflamatorios. El inconveniente es que sin esas prostaglandinas se queda la mucosa gastrointestinal desprotegida, con lo que quien toma AINE regularmente se expone a sufrir desde molestias gástricas hasta hemorragias, úlceras y, en los casos más graves, perforación gastrointestinal.
El médico debe valorar si se puede retirar el AINE y, si no es posible, puede considerar acompañarlo de otro medicamento que actúe como protector del estómago.
Estatinas y dolor muscular
Simvastatina, atorvastatina, pitavastatina, rosuvastatina, lovastatina, fluvastatina o pravastatina son las estatinas, el tratamiento de elección para bajar el colesterol. Por motivos que aún se desconocen, a veces producen daños en el tejido muscular de distinta gravedad, aunque lo más habitual es que se limiten a dolores o calambres.
Para evitarlo, el médico primero prueba a suspender el tratamiento durante varias semanas hasta que cesan las molestias y luego puede intentar reintroducir nuevamente el tratamiento, pero a menor dosis. Si no hay mejoría se puede cambiar a otra estatina u escoger un hipolipemiante de diferente familia.
Bloqueadores de acetilcolina y sequedad de boca
Los medicamentos con efecto anticolinérgico son muy variados y se usan con fines terapéuticos diversos. Por ejemplo, para combatir la incontinencia urinaria, o para tratar afecciones broncorespiratorias, pero tienen efectos indeseados, pues provocan, por ejemplo, sequedad de boca, de ojos, de piel, estreñimiento, taquicardia, retención urinaria, etc.
En personas mayores pueden llegar a provocar la pérdida de memoria, deterioro cognitivo, confusión, delirios, mareos o caídas. El médico que trata a mayores polimedicados deberá tener en cuenta todo esto, y ajustar muy bien las dosis o buscar alternativas.
IMPORTANTE: LEER EL PROSPECTO Y COMUNICAR LOS EFECTOS DEL MEDICAMENTO
Es imprescindible leer siempre el prospecto del medicamento para conocer las reacciones adversas conocidas de cualquier fármaco. Por ello, si sospechas que el medicamento que estás tomando puede ser el responsable de alguna reacción de tu organismo, especialmente si nuestra sospecha no viene reflejada en el prospecto, también es muy importante notificarlo.
En primer lugar se debe poner en conocimiento del médico prescriptor, así como dar comunicación a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios a través de su formulario electrónico de Notificación de Sospechas de Reacciones Adversas a Medicamentos.