Mérida, entre las seis maravillosas ruinas antiguas de España
A lo largo de la historia de la humanidad las civilizaciones han ido sucediéndose, sucumbiendo unas ante otras, mezclándose y generando nuevos paradigmas y formas de ver el mundo durante milenios. Esto es especialmente cierto en un país como el nuestro, ejemplo de mestizaje cultural y lugar de paso para docenas de pueblos diferentes.
Los hombres y mujeres que poblaron nuestras tierras no desaparecieron del todo, para siempre nos dejaron la huella de su paso por el mundo en forma de lugares increíbles que en la actualidad son prueba de nuestros orígenes y símbolo de una grandeza que ya no existe, pero que aún se recuerda.
'España Fascinante' ha elegido en esta ocasión a Mérida, capital de la región extremeña, como una de las seis maravillosas ruinas antiguas del país.
Tarraco
Encabezando esta selección de las ruinas antiguas de España tenemos la ciudad catalana de Tarragona que fue en la antigüedad la fastuosa Tarraco, una de las principales ciudades romanas en Hispania y capital de la provincia Tarraconensis. La importancia de esta antigua ciudad romana, hoy declarada Patrimonio de la Humanidad, queda patente en la cantidad de construcciones y monumentos que aún hoy atesora. Entre las ruinas que se conservan de Tarraco podemos encontrar el anfiteatro, donde se celebraban desde luchas de gladiadores hasta matanzas de cristianos, con capacidad para 15.000 personas y unas bonitas vistas del mar. También puede verse un teatro, un circo y un acueducto, conocido como “acueducto del diablo”.
Las Médulas
Cuando los conquistadores del Imperio Romano llegaron hasta esta zona de León descubrieron oro, por lo que el lugar se convirtió rápidamente en una prioridad que debían defender y explotar. En lo que hoy es el parque histórico-natural de Las Médulas los romanos extraían el preciado mineral de la roca caliza a base de canalizar el agua violentamente por el interior de la montaña. Esta práctica dejó para la posteridad un impresionante conjunto de túneles y restos de explotaciones mineras, desde 1997 patrimonio protegido, que se extienden alrededor de las 12.000 hectáreas que comprende el parque, penetrando y formando impresionantes balcones en el interior de las montañas rojizas.
Segóbriga
En la provincia de Cuenca, sobre un pequeño promontorio que domina la llanura, nos encontramos con los restos de la ciudad romana de Segóbriga. Se trata de una antigua e importante urbe que pudo llegar a tener hasta 6.000 habitantes gracias a su ubicación en un cruce de calzadas romanas; por una parte la que unía Toledo con Sigüenza, y por otra la que unía Cartagena con Alcalá de Henares. La ciudad prosperó a pesar de la caída del Imperio y llegó a ser sede episcopal en el periodo visigodo. Pero con la llegada de los musulmanes los poderosos e influyentes líderes religiosos huyeron hacia el norte, arrastrando a la población consigo y quedando el anfiteatro, el teatro y el foro como únicos testigos de su paso por el lugar.
Medina Azahara
Pero los musulmanes no sólo causaron destrucción a su paso, también fueron los constructores de algunos de los lugares más hechizantes que existen hoy en España, además de traernos importantes avances en agricultura o aritmética. Los restos del Palacio de Medina Azahara, a escasos kilómetros de la ciudad de Córdoba, son una prueba de ello. Se trata de “la ciudad brillante” mandada edificar por Abderramán III para reafirmar su dignidad de califa y la superioridad sobre sus enemigos del norte de África. La cultura popular, mucho más romántica, cuenta que el palacio fue construido para contentar a su amada favorita: Azahara.
Itálica
A la altura del pueblo sevillano de Santiponce se encuentran otra de las ruinas antiguas de España. Itálica es una de las ciudades romanas más importantes que se fundaron en Andalucía y que aún hoy lo sigue siendo. Durante siglos, los visitantes quedaron admirados con estas fantásticas ruinas, al mismo tiempo que sufrían un expolio que duró hasta el siglo XX. En Itálica se pueden observar los restos de las calzadas romanas, la red de alcantarillado (que es una prueba de su antigua importancia dentro del Imperio), del anfiteatro y el teatro, así como una gran variedad de villas romanas y casas señoriales, muchas de las cuales conservan aún sus mosaicos y decoración, como la casa de Hexedras o la casa de Neptuno.
Mérida
Pues sí, la capital de la región extremeña fue antaño una importante ciudad a la que se retiraban los más importantes centuriones romanos y eso se refleja en la cantidad de atractivos monumentales que de aquella época conserva la ciudad. Desde el acueducto de los milagros hasta el templo de Diana, la Mérida actual integra en su estructura estos vestigios de su esplendor pasado como Emerita Augusta. Mención aparte merece el archiconocido Teatro Romano de Mérida, una de las ruinas antiguas de España mejor conservadas que se conocen y lugar que acoge el popular Festival de Teatro Clásico todos los veranos, haciendo honor a la misma función para la que fue creado 2.000 años después.