23 Noviembre 2024
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OPINIÓN: Adiós Babel, adiós

OPINIÓN: Adiós Babel, adiós

Las torres más altas a veces también se caen. Babel no pudo avanzar hacia el cielo porque los de arriba no se entendían con los de abajo, los que trabajaban y les daban los materiales para subir. De formas parecidas, algunos han querido fabricar su propia Babel, la de los de arriba, y Babel se vino abajo porque los de arriba no se entendían con los que trabajaban abajo. Babel está en ruinas.

He visto estas últimas elecciones en Cataluña con una visión un poco escéptica. Veía cómo, en una gran pecera un poco turbia, subían y bajaban los peces, se miraban unos a otros con recelo y burbujeaban.

Había agua para todos, pero demasiado densa, demasiado excluyente, como si fuera una pecera para peces gordos. Otros peces habían quedado fuera, no entraron en esta pecera. Muchos parecían no tener camino, sino simple exposición sin convicciones ni destino, como espectadores de un teatro que no parecía el suyo. Nada era normal, ni revolución ni tranquilidad. Peces que sacaban y metían la cabeza en un agua semi-corrupta, como si les faltara oxígeno.

Si es verdad que “la revolución comienza cuando un hombre está dispuesto a jugárselo todo”, aquí no vi a ese hombre. Había demasiada simulación, como si unos estuvieran interesados en lo mal que respiraban los otros; pero no vi el compromiso total, el del convencido que podría dar su vida por sus ideas o por los demás. Cuando alguno hablaba claro, respiraba a pulmón abierto, llamaba la atención de los que estaban nadando y guardando la ropa.

Cada vez me convenzo más de que el lenguaje se ha hecho un charco embarrado, donde el oxígeno se mezcla con el dióxido de carbono y las cosas se cambian de nombre para engañar mejor a los que creen en la verdad y quieren agua limpia.

Babel está en ruinas.

Todo simulacro, todo escaparate, todo sentimientos de segundo o tercer nivel y nada auténtico que conectara los intereses de la cúspide con los que están en la base. Y hasta esto parecía confuso, demasiado embarrado para dar vida al charco. Aquí, hasta los peces se ahogan. Amenazas, embustes, mentiras, falsas verdades.