OPINIÓN: Carta a los Reyes Magos desde la España saqueada
El clima tradicional de la Navidad, aparte del frío invernal, suele ser un clima afectivo, familiar.
A los Reyes Magos, los niños suelen pedir aquellos juguetes que les hacen soñar su mundo feliz y, a veces, este clima de sueños llega también a los mayores. Este año, con la pandemia, la situación es un poco diferente para gran parte de la población.
Desde Extremadura, como de otras regiones vaciadas, la ilusión y esperanza en los Reyes Magos suele orientarse hacia los más necesitados, los que no tienen trabajo, el 51% de los jóvenes, los que no tienen casa para vivir, los que, de golpe, tienen que pedir ayuda hasta para comer, los enfermos y familiares de los 70.000 fallecidos y todos aquéllos que peligramos ante este virus criminal.
Como regiones olvidadas, tratamos de conseguir todo aquello que podría igualarnos con la media de las regiones privilegiadas. No por repetido vamos a dejar de recordarlo. Extremadura le pide a los que manejan el dinero de todos, como haría un padre entre sus hijos, que ayudara más al más necesitado. Pero es al revés, se ayuda más al más rico, al que tiene todos los medios y se olvida a las regiones y comunidades menos afortunadas.
Le recordamos a los reyes (del Gobierno), que el AVE Madrid-Lisboa se lo llevan olvidando desde hace más de 20 años. Que en vez de 16 AVEs a Cataluña, podrían haberle dado 15 y, al menos uno para Madrid-Lisboa por Extremadura. Que el tren “digno” sigue sin llegar, a pesar de las promesas. Que la reconexión por tren con Portugal tampoco se ha realizado desde hace más de ocho años, ni el Lusitania... Que el aeropuerto civil de la Cervera lleva esperando más de 40 años. La única región sin aeropuerto civil. A ver si esta vez no se olvidan.
Queremos decirle a los Reyes Magos que en Extremadura hay espacio para todas las caravanas de reyes que vengan, que es un paraíso olvidado y que los invitamos a pasar una temporada en Extremadura para que conozcan una de las regiones más bonitas y ecológicas de España. Y que si pueden ayudarnos, con el dinero de Europa, a montar algunas empresas, también cabrían en Extremadura, como residencias amplias y bien dotadas sanitariamente, para cualquier español que quiera disfrutar de una naturaleza casi virgen, agua, energía, sol y aire sano. Vamos a duplicar el número de árboles que tenemos, quisiéramos llegar a los 1.000 árboles por persona. Aquí cabemos todos. Que este año sea menos malo que el anterior y, si puede ser, feliz para todos.