OPINIÓN: Cómo defenderse de las inclemencias de la naturaleza y sacarle partido
Independientemente de la ideología de unos o de otros, lo que parece claro es que, a veces, el sol y su temperatura pueden llegar a ser mortales. Y lo mismo ocurre en otras partes con las temperaturas contrarias por el frío, u otros accidentes naturales.
El hecho de tener que encerrarse en casa como si fuera una epidemia, por los 45 y hasta 48 grados de temperatura del sol, provoca la reacción para poder superar estas temperaturas y hacer la vida que deseamos.
En mayo del 68 se propusieron múltiples proyectos para solucionar los problemas que detectaban, sobre todo los jóvenes, en nuestra sociedad. En Francia hablaban de utilizar tantos edificios oficiales para que fueran productivos de día y de noche (las 24 horas del día). Recuerdo que, en su auge, los del botellón de Cáceres sugerían utilizar, también, la noche y sacar rentabilidad a estos edificios solo utilizados la tercera parte del tiempo.
¿Cáceres de noche, Mérida de noche, Badajoz de noche?, universidad nocturna, estudios nocturnos, trabajos de noche… como si de golpe estuviéramos en una economía de guerra y se utilizara cualquier resquicio para sobrevivir.
No es el caso, ni se trata de alarmismo innecesario, pero no está mal dejar a la imaginación que empuje a la razón para soluciones discutibles pero, hipotéticamente, posibles.
La experiencia no es totalmente nueva (teatro de noche, cine, conciertos, “noche de los museos”, farmacias las 24 horas, centros comerciales las 24 horas abiertos, pequeños o grandes comercios libres para abrir o no abrir de noche, actividades y competiciones deportivas, gimnasios,…
Así visto, sin entrar en consideraciones más rigurosas, podríamos duplicar el producto interior bruto de la región.Habría trabajo para mucha más gente y opciones más libres para cualquier persona. Sin duda, todo debería ser reglado de forma que fuera compatible vivir de día y vivir de noche con el respeto a los derechos humanos y laborales.
Además de una solución radical, vivir de día o vivir de noche, podrían compatibilizarse trabajos o actividades diversas multiplicando las posibilidades dentro de un orden necesario. Los científicos deberían divulgar su ciencia para que llegara más fácilmente al pueblo.
Aunque la realidad sea diferente por la geografía y la diversa incidencia del sol y la naturaleza, hay países que viven más de noche que de día por las temperaturas imposibles del sol. No se trata de buscar soluciones excesivas o imposibles, pero no estaría mal tomárselo en serio. Lo mismo para evitar los problemas del calor como para dar miles de oportunidades a los que, si no pueden trabajar por el día, puedan vivir y trabajar por la noche, con los mismos derechos para todos.
Estaría bien un concurso de ideas para poder valorar la capacidad creativa de nuestra sociedad y hacer real lo deseable.