OPINIÓN: ¿Ocho Españas, ocho 'Republiquetas' y una Nación de naciones?

Ese parece el mensaje que nos trae el viejo político catalán y nuevo ministro de Administraciones Públicas. Así parece que interpretan sus palabras los medios de comunicación, pero esto no es nuevo. Varias veces hemos oído al propio presidente hablar en términos parecidos y al vicepresidente, de Podemos, insistir en trocear a la España actual en cinco o seis naciones, según las apetencias de cada comunidad.

Lo que no sabemos es qué querrán hacer con las comunidades que no aspiran a ser “nacioncitas” o “republiquetas”, ni los kilómetros cuadrados mínimos para hacer cada “nacioncita”. Quizás, la más pequeña sería la del País Vasco, con 7.234 km2.

Tampoco sabemos si la Constitución seguirá sirviendo para algo o habría que echarla al cesto de los papeles. Lo que opina el pueblo español estaría reflejado en la Constitución, ¿o un referéndum?, pero con la pretensión de los separatistas catalanes, del derecho a decidir, sin concretar sobre qué, pueden decidir y destruir cualquier derecho de los demás.

Lo que parece claro es que esta división de España en trocitos manejables es la política oficial que trae este Ministro en consonancia con la oficialidad del Gobierno.

En cualquier caso, si siguen el esquema del actual Gobierno, habría ocho “nacioncitas”, ocho presidentes, veintidós ministros, que en la suma podrían ser 176; si no se deciden a hacer 17 naciones, o si es por provincias, 50, que supondrían 1.100 ministros que no podrían reunirse si sigue la pandemia; y para trasladarse, haría falta una flota de aviones Falcon para llevar a los presidentes y a sus ministros a las posibles reuniones a las que los invitaran otros países, de ser invitados.

Por lo que respecta a Extremadura y otras comunidades españolas, quizás, algún país podría aceptarnos como regiones asociadas. Parece que el tema es oficial, doctrina del Gobierno y que, por encima de lo que piense el pueblo, están tratando de conseguir este parto sin dolor en que España será troceada según las ambiciones de los que nos quieren gobernar. ¿Para qué el golpismo?

Los que prefieran seguir siendo españoles quedarían reducidos a la mínima expresión de lo que es España, en la que no se ponía el sol en otros tiempos, y ahora no sale de la sombra ni del asombro.