OPINIÓN: Pedro Sánchez vs Alberto Núñez Feijóo
No consigo entender nunca a este presidente (saliente), llamado Pedro Sánchez, del PSOE.
Es en esta tesitura cercana a las elecciones cuando se ha vuelto narcisista mediático, queriendo sacar músculo de su validez política, cuando ha jugado al despiste con los medios y la opinión pública durante sus años de gobernación.
Da la impresión con estos arranques de querer batirse en duelo con su contrincante del PP, que imita ese natural comportamiento de valentía de las hormigas, que, ante otra amenaza, levanta su cuerpo y patas para simular ser de mayor tamaño que el enemigo.
Lo cierto es que el Sr. Sánchez juega ahora a querer convencer al electorado con falaces discursos, subestimando la inteligencia democrática, de que los españoles decidimos quién nos gobierna, dependiendo del discurso de las palabras, en una especie de pelea de gallos, y no por los hechos que confirman la validez política de un sujeto en cuestión. Las palabras se las lleva el viento, Sr. Sánchez. Usted no puede pretender hacer de prestidigitador de las palabras, cuando sus obras han sido vacías de contenido y no ha cumplido con lo mínimo que se le exigía, y que usted llevaba en su programa.
No se entiende que, a día de hoy, tan cercana la fecha de los comicios, no se hayan puesto de acuerdo los partidos políticos para confrontar sus ideas para “convencer” a los ciudadanos.
Tampoco se entiende ese tour de debates que usted proponía (6 debates), siempre con su contrincante el Sr. Feijóo, y excluyendo a Yolanda Díaz o Irene Montero, como proponía el secretario general del partido popular. Es más, yo sugeriría un cara a cara (de esos al antiguo oeste, como le gustan al Sr. Sánchez, con la presidenta de Madrid, la Sra. Ayuso, y claro está, en platós de televisión reales y no esos seudos platós televisivos recreados por usted para convertirse en líder de masas por unos instantes, y censurando (tamizando), la verdadera opinión pública de su nefasto gobierno.
Y es que no se entiende esta valentía Sr. Sánchez de marcar músculo cuando precisamente ha sido usted quien dirige el timón de este gobierno negligente durante ocho años consecutivos.
Lamentable, y así lo he expresado en otras ocasiones, que se trate de jugar con la gente de este modo, y se despilfarre la economía en gastos publicitarios que traen consigo las campañas electorales, como afirmaba el Sr. Vara recientemente, alegando que sería un despilfarro volver a desembolsar dos millones de euros en la campaña, con ese espontáneo cargo de conciencia y responsabilidad del erario público, cuando en todos estos años no ha tenido reparo en ello. Pero claro…, todos sabemos que lo que usted más teme es que se celebren esas nuevas elecciones, en vista a una peor suerte del color rojo en nuestros territorios. Y resulta sensato que usted diga: “virgencita, déjame como estoy”.
Lo penoso de todo esto es que cada vez más gente está desorientada electoralmente hablando, sin tener un claro horizonte político y cada vez más manipulado por los pactos de coalición, que marginan el protagonismo del votante.