OPINIÓN: Política de chichinabo
Desde la barriada pacense de Cerro Gordo salen críticas sobre el mal estado en el que se encuentra la única pista pública polideportiva –es un decir- existente en este barrio de Badajoz, que está situado en el extrarradio y tal vez por eso parece no formar parte de la ciudad.
Este periódico se ha hecho eco de la queja vecinal; en 7Días se recogen, desde la mañana del miércoles, no sólo el descontento vecinal, sino también varias y significativas imágenes de cómo está el cerramiento de la mencionada pista. Los postes que sostienen la malla metálica perimetral están corroídos por la herrumbre y rotos en la base, por lo que todo el cerramiento puede venirse abajo en cualquier momento.
Si al caer causa daños, ya sean personales o materiales, es muy posible que el Ayuntamiento pacense, y por lo tanto, todos los vecinos, tengan que hacer frente a la correspondiente indemnización.
Juntos X Badajoz, partido unipersonalmente presente en el Consistorio pacense gracias al concejal Luis García Borruel, ha emitido una nota de prensa para “confirmar” que el abandono municipal del que se queja el Cerro Gordo “es real e indiscutible, habiéndolo podido comprobar de primera mano en la visita realizada a la barriada”.
Es decir, el concejal Borruel y su partido aprovechan el rebufo de la protesta vecinal para meter baza en un problema que no se solucionará con su ya lo comprobé “de primera mano” o su ‘ya lo había dicho yo’, si es que lo había comprobado y lo había dicho. Entre las iniciativas políticas que, en la citada nota, Juntos X Badajoz afirma haber tomado como concejal no consta su preocupación por el mal estado de la pista.
Sí Borruel sabía de la existencia del abandono de la mencionada instalación deportiva que ahora confirma y no intentó solucionarlo, como parece que sí ha hecho con una rotonda, el parque infantil o el local de la asociación de vecinos, no estuvo a la altura de su puesto como edil de la oposición. Y si acaba de enterarse y se sube al carro de la protesta, el señor Borruel y su partido hacen un política de chichinabo –viene en el diccionario- que tal vez le dé algún voto, pero que tampoco soluciona el problema.
La política debe ser, siempre, un servicio a la sociedad, no un oficio, por muy buena intención que se tenga. Y aún es más necesario que la política sea un servicio cuando se torea a toro pasado.