OPINIÓN: ¿Qué ha ganado Extremadura en estas elecciones?
Según el PP, ha ganado la derecha, ha ganado la sensatez, ha ganado toda España con este golpe de timón que deshace las maniobras de los enemigos de España y de todo lo español. Han perdido los separatistas, los herederos de ETA, los enemigos de que se hable el español en toda España.
Visto así, parece que habríamos ganado todos, pero tenemos una pregunta: aparte de la política de derechas o de izquierdas para toda España, ¿qué supone esta victoria para Extremadura? ¿En qué ha cambiado y va a cambiar la vida de los extremeños? ¿Es suficiente que gane la derecha para que se industrialice Extremadura, para que no se tengan que ir los jóvenes de Extremadura, para que haya trabajo, para que el campo tenga las mismas oportunidades reales que las ciudades, para que las pensiones de nuestros mayores sean equiparables a las de las comunidades privilegiadas? ¿para recuperar las líneas de tren que nos han quitado? ¿para vertebrar Extremadura llevando el tren a Las Hurdes, Coria-Sierra de Gata, La Vera, Guadalupe y a La Siberia?
Quizás lo que está en tela de juicio es el concepto de ganar y perder. Si la derecha garantiza la estabilidad y el deseo mayoritario de todos los españoles, es un beneficio común; pero la realidad de Extremadura no ha cambiado porque gobernara la izquierda o la derecha, son datos comprobables. La izquierda y la derecha han sacrificado a Extremadura para conseguir el gobierno con el apoyo de los separatistas, golpistas, corruptos y otros. Es para ellos para los que han gobernado. Extremadura no tiene peso específico para los gobiernos que la han gobernado. Prefieren siempre ayudar a los fuertes, a los que protestan, a los que chantajean al Gobierno.
¿Qué ha ganado Extremadura en estas elecciones? Aunque fuera verdad el bienestar general de España, Extremadura necesita algo más que la ideología de derecha o de izquierda para conseguir un desarrollo similar a la media de España, porque está demostrado ampliamente que ninguno de los gobiernos ha intentado conseguir un desarrollo serio, una industrialización de Extremadura, un AVE, un aeropuerto civil para Extremadura. En definitiva, nada de lo que vienen prometiendo y venimos reclamando desde hace tantos años.
Extremadura es una gran región de 41.635 km2, equiparable en territorio a Holanda que tiene 17,5 millones de habitantes, mayor que Bélgica con 11,5 millones. Extremadura, con un millón cincuenta mil habitantes es parte del conjunto de comunidades españolas, pero maltratada por los sucesivos gobiernos nacionales y autonómicos. Éstos no han dudado en sacrificar a nuestra tierra con tal de conseguir el poder con el apoyo de cualquiera, sean separatistas, sean golpistas, sean delincuentes, sean corruptos, sean lo que sean con tal de conseguir el poder.
No es único el caso de Extremadura en cuanto a marginación, pero es, quizás, el caso más sangrante. Los gobiernos autonómicos que ha tenido Extremadura han recibido el voto de los extremeños y la han marginado con sus propios votos. Llevamos más de cuarenta años a la cola del progreso en España.
Como región, Extremadura, hoy por hoy, sigue igual que el 28 de mayo. Vamos a contar los días para dar tiempo al gobierno de derecha para que demuestre que la ideología de derechas puede cambiar la realidad de Extremadura y ponerla dentro de la media nacional, con todos los servicios y todos los derechos que les han hurtado durante cuarenta años.
El nuevo gobierno de Extremadura debería pedir perdón por el trato que ha recibido Extremadura de los del voto útil durante tantos años y, por otra parte, un compromiso rotundo, radical y urgente para conseguir poner a Extremadura en el lugar que le corresponde en derechos y servicios (no solo que no nos han dado, sino los que nos han quitado), por justicia, por igualdad y por solidaridad entre todos los españoles.
Parece que las preocupaciones de los candidatos de derecha y de izquierda no son los problemas de los extremeños, sino sus propios problemas de mando. Es el poder lo que les importa, no la solución de nuestros problemas. Esta debe ser la alternativa de un regionalismo extremeño serio, comprometido con Extremadura, limpio, sin trampas, sin manipulaciones, un poder extremeño que retenga el voto de los extremeños al servicio de Extremadura y no en manos de sus depredadores.