23 Noviembre 2024
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OPINIÓN: ¿Regionalismo ideológico de izquierdas o derechas?

OPINIÓN: ¿Regionalismo ideológico de izquierdas o derechas?

 

No queremos caer en la trampa ideológica haciendo creer al pueblo que los problemas de la marginación extremeña se resuelven con la ideología que nos ha gobernado casi cuarenta años y se pone de acuerdo con la contraria que mantiene el mismo propósito.

 

Las palabras no son asépticas, se están usando para cambiar la realidad cambiando el nombre. No es lo mismo regionalismo que bloque. El regionalismo supone un compromiso afectivo con la región. El bloque, el frentismo supone una actitud de guerra, de conflicto. Un bloque puede ser muchas cosas y no tiene por qué asociarse con el regionalismo.

 

El regionalismo extremeño, por el que venimos luchando desde comienzos de la democracia, implica la defensa a ultranza de los valores y derechos de la región, por encima de cualquier ideología.

 

Supuesta la democracia formal y la libertad de expresión, esto no conlleva la justicia, la igualdad, la sensatez y los valores éticos. De ahí la exigencia regionalista, en plena democracia, para que se cumplan estos valores de justicia y equidad con el resto de España.

 

El haber suprimido la palabra regionalismo por bloque supone un cambio y posible menosprecio al regionalismo por el que, en principio, venimos luchando. La experiencia nos demuestra que la marginación de Extremadura no depende de la ideología de izquierda, que nos ha gobernado más de 36 años, ni la de derechas, que ha tenido menos años pero igual comportamiento con Extremadura.

 

La energía nuclear fue rechazada durante muchos años por los peligros que podía llevar consigo, luego le cambiaron el nombre y la llamaron energía verde, libre de cualquier problema de los efectos del uranio que pueden durar miles de años. “Con el cambio del nombre se cambia aparentemente la realidad”, pero el contenido es el mismo, falseado por la simulación.

 

Esto es lo que parecen intentar algunos que consideran la ideología como la salvación de Extremadura. Evidentemente es falso. Las ideologías contrarias de izquierda y de derecha consiguen engañar al pueblo a base de la propaganda masiva, pero la marginación y el último lugar no se lo han quitado, ni se lo quitan, a Extremadura ni la izquierda ni la derecha.

 

Cada cual puede tener sus propias ideas, su propia ideología; pero no confundir al pueblo con falsedades evidentes y comprobables. El regionalismo quiere apoyarse en el pueblo llano y sensato, que no haya perdido la ética, para defender los derechos propios de la región. No es un frentismo frente a nadie, sino contra la injusticia, contra la marginación, contra el mal trato de los sucesivos gobiernos con los propios votos de los extremeños y el desprecio más absoluto.

 

El regionalismo pretende ser una alternativa seria al bipartidismo izquierda-derecha. Bastaría con el sentido común para darse cuenta de las desigualdades promovidas por el propio gobierno ayudando a los ricos con el trabajo y los derechos de los que se callan y aguantan el chantaje de los privilegiados. No sería comprensible, normalmente, que el pueblo estuviera satisfecho con la mordaza impuesta a los regionalistas especialmente, por los dos partidos que han menospreciado a Extremadura y no se ven síntomas de quitarnos la mordaza que mantienen el PP y el PSOE para gobernar sin problemas, sin que nadie les moleste ni les digan las verdades, en Extremadura.

 

¿Cuántas veces, cuántos años se llevan repitiendo a Extremadura las mismas promesas, los mismos mensajes, las mismas mentiras? ¡Cómo es posible que el pueblo no escarmiente y se rebele contra este trato injusto, contra estas mentiras evidentes! Solamente la propaganda es capaz de tapar las injusticias que podría ver un ciego.

 

A veces, nos quedamos confusos ante las diversas manifestaciones. ¿Qué extremeño no ha sentido vergüenza de estar a la cola del progreso en España? ¿Cuántos extremeños se han “rebelado” contra tanta manipulación, contra tanta mentira programada durante tantos años? No es que la rebelión ni la revolución sean nuestro propósito, es que es de extrañar que gran parte del pueblo extremeño considere las injusticias con total tranquilidad. Los de la derecha se sienten conformes con lo que haga la derecha, aunque en ello vaya el menosprecio de toda Extremadura. Si son corruptos, son sus corruptos; si son ladrones, son sus ladrones. Los que se consideran de izquierda defienden a su gobierno, aunque se hunda Extremadura. Unos y otros saben lo que ha ocurrido en estos más de cuarenta años con los gobiernos de izquierda y de derecha respecto de Extremadura.

 

SON LOS DOS GOBIERNOS RESPONSABLES DE NUESTRA TRAGEDIA SOCIAL, ECONÓMICA Y POLÍTICA. Son ellos los que nos han gobernado, o mejor dicho, nos han ignorado para ayudar a los fuertes, de los que dependen para formar gobierno. Quizás se cumple aquello de que no importa el ladrón ni el delincuente si es de los nuestros, solo importa si es de los otros.

 

En definitiva, el interés y los derechos de los extremeños están supeditados a la ideología de izquierda o de derecha. Algo parece que no encaja con el sentido común, por más que lo defienda gente aparentemente sensata y, a veces, muy inteligente.

 

Somos conscientes de nuestras reiteraciones, no solo las nuestras sino de todos aquellos que distinguen lo que es una democracia formal de lo que es una democracia con el contenido justo de las leyes que se aplican igual para todos. Es tan evidente la discriminación entre los grandes delincuentes y los que, a veces, roban para comer, que no se entiende por nadie que tenga la mente medianamente limpia.

 

Pero estas injusticias convierten la mentira, a través de la propaganda, en un dogma de fe para las masas. “Predicáis en desierto”, nos dicen algunos, pero habrá que seguir aunque el desierto siga siendo desierto.

 

La ideología de izquierdas o de derechas no es suficientemente eficaz para cambiar la marginación de Extremadura. Si no entendemos esto, seguiremos igual.