OPINIÓN: ¿Se puede jugar a la ruleta rusa con la salud y la vida?
El fracaso mundial ante un virus mortal que ya se ha cobrado dos millones de muertos y 93.518.182 de contagiados, nos obliga a pensar qué está pasando para que en esta “guerra mundial” no gane el poder ni la ciencia, sino un virus mortal que parece preparado para humillar a la humanidad, a los científicos y a los poderosos.
Al mismo tiempo, algunos grupos con cierta insensatez no cumplen las reglas frente a este virus y, en su desafío a la muerte se contagian, contagian a sus familiares y amigos, y a muchos que ponen todas las precauciones ante este desafío mortal.
Esto no es un juego ni de niños ni de mayores. Desafiar a la muerte personal, o de los demás, por cierto capricho, normal en tiempos normales, nos pone en una situación de indefensión global y una aparente impunidad para los no cumplidores.
Esto no se puede tolerar porque con la salud y la muerte no se juega, y menos con la ajena. Los que tienen la responsabilidad tendrán que actuar de forma que no sea posible que el capricho de grupos menores contamine a las personas que procuran evitarlo. No podemos aceptar que las hormonas puedan más que las neuronas, la responsabilidad y la sensatez.
Creemos necesario que los rumores y comentarios en voz baja, se hagan en voz alta por los medios de comunicación, especialmente estatales. No se trata de tener más votos, ni ganarse amigos, ni complacer a los irresponsables. Digan en voz alta lo que el pueblo está diciendo en voz baja. No se puede tolerar el juego a la ruleta rusa con la cabeza de los demás y esto lo tiene que resolver el que tiene el deber de hacerlo.
Digan en voz alta lo que el pueblo dice en voz baja.