OPINIÓN: Turismo climático
Parece que inevitablemente, existe un antes y un después en nuestra era tras los efectos producidos por el cambio climático.
A pesar del negacionismo de esta evidencia que trastoca nuestras rutinas y modo de vida, se tiene constancia del exceso de temperaturas tan elevadas que azotan en casi toda España, sobre todo en nuestra región extremeña.
Ahora hemos vivido una tercera ola de calor para el sur de España, tomando de lleno Extremadura, y alcanzado temperaturas de hasta 45 grados.
Es curioso en esta tesitura de supervivencia, cómo prospera cada vez más algo llamado “Turismo climático”, que se fundamenta en la búsqueda de alternativas vacacionales en lugares más fríos para rehuir de las altas y sofocantes temporadas.
Hay un alto porcentaje de viajeros (muchos españoles), que prefieren desplazarse del sur al norte de la península para disfrutar de sus vacaciones en una bajada de las temperaturas más soportables.
Y es que, mientras estemos sumidos en este calor asfixiante del mes de agosto, paralelamente en el norte de España hay municipios en la cornisa Cantábrica donde puedes pasear las tardes con prendas de prevención para el fresco. Todo un lujo cada vez más demandado por el turismo que rehúye de las altas temperaturas.