OPINIÓN: Un ambicioso partido que se devora a sí mismo
Podría empezar este artículo rememorando la magnífica carrera de la gran artista Concha Velasco tras su inesperada pérdida, aunque no quisiera repetir lo que otros tantos ya han dejado plasmado sobre ella. En este caso, lo que me ha motivado a escribir estas líneas, es la reprochable cara dura que tienen nuestros políticos, sobre todo los recientes ministros y presidente Sánchez a la cabeza. Está claro que ya no me sorprende nada de lo que haga este señor que es capaz de todo para estar en la cresta de la ola, incluso acudiendo a trágicas pérdidas donde son conocedores que, en plena capilla ardiente, están agolpados todos los medios. Cualquier pódium es válido para este autoimpuesto presidente que ha tomado control del gobierno, besando los pies del prófugo de la justicia Puigdemont, a quien le debe tributo en todo lo que a aquel se le antoje. Aunque con la ardua limpieza que está llevando a cabo el gobierno en las instituciones de justicia, seguro que ya habrá de ir desechando este término de “Prófugo” por el de “pieza fundamental para el gobierno”.
Y no es la primera vez que el señor Sánchez utiliza los grandes púlpitos sociales para mostrarse en el candelero de un preocupado presidente por los “problemas de los ciudadanos”; de hecho, este gran corazón que tiene el buen hombre, abarca más allá de nuestras fronteras, empoderándose como el más absurdo Bonaparte en cuestiones de conflicto y haciéndose el prota de un escenario donde nadie parece haberle llamado, proclamándose cual santo defensor de las contiendas bélicas. Y es que es posible que, en su ego, esté tratando de emular a su homólogo el presidente de los Estados Unidos y tomando una dimensión a gran escala más comprometida. Resulta vergonzoso que ningún líder europeo haya tomado cartas en este asunto, y él se inmiscuya en escenarios ajenos y poniendo en serio peligro las relaciones con estos distantes países. Tanto es así, que Israel ha decidido retirar a su embajador en España ante las declaraciones tan incendiarias de este hombre al que parece que su cuerpo le pide “guerra”.
Recuerdo otros escenarios ocupados por él, haciéndose como siempre el protagonista inesperado de las circunstancias, como el desastre del volcán del Teide y aquel trágico terremoto de la ciudad de Lorca, donde tuvo la gallardía el presi, de pasearse por aquellos escenarios devastados para ser retratado, sobre todo, en unas declaraciones en las que dejaba con contundencia el apoyo ante tal catástrofe con partidas económicas para sufragar aquellos desastres, y cuando hemos sabido con el tiempo, que aquellas ayudas nunca llegaron a los afectados que tuvieron que seguir adelante como pudieron.
No entiendo y me da hasta escalofríos, la frialdad y el acérrimo fanatismo de los propios socialistas, por como mudan sus criterios y son capaces de devorar a su pasado (aquellos que defendían la legendaria memoria histórica), burlándose incluso de quienes fueron los políticos fundacionales del partido, con públicas burlas hacia ellos, como las que les propinó el impresentable Miguel Iceta y Félix Bolaños (aquel que lloró como un niño porque la Presidenta de Madrid no le dejó subir al palco de autoridades). A pesar de todo, este escarnio en el que se ha visto sometido el expresidente Felipe González y Alfonso Guerra por su propia gente (precisamente por no comulgar con la implacable sed de gobierno del señor Sánchez a toda costa, saltándose incluso los propios ideales de su partido y pactando con proetarras e independentistas), ha servido para ganarse el respeto de un gran sector sensato de la sociedad, demostrando que no todo vale para optar al poder, y menos mercadeando con los valores democráticos y constitucionales.
Y es que confieso que este reducto que tenemos del socialismo no es más que una “zurrapa” del verdadero ideal político que abanderaba la defensa de los derechos de los trabajadores y que, en esta descarada degradación, ha vendido sus ideales patrios por la permanencia en ese poder tan asfixiante como estrangulador. Espero que, en unas próximas elecciones generales, la gente siga manteniendo viva la “memoria histórica” de lo que en su día este señor realizó junto con todo su clan, devorando a sus fundadores de partido, a ejemplo de la despiadada mantis religiosa que, con preponderancia, se deshace de quien la fecunda a bocados.