24 Noviembre 2024
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OPINIÓN: Un “debate” hecho por y para Vara

OPINIÓN: Un “debate” hecho por y para Vara

 

Hemos vivido posiblemente el debate más tedioso de la historia de la región en la televisión pública. Un total de 10 candidatos a presidir la Junta de Extremadura se ponían delante de las cámaras con el fin de convencer a los extremeños de que les den su confianza para hacer y deshacer durante cuatro años lo que su partido decida. Y sí, es lo que su partido decida, porque los ciudadanos de a pie no tenemos ninguna opción de cambiar las cosas desde ‘abajo’ en esta mal llamada “democracia” donde el poder tendría que residir en el pueblo y no en oligarcas.

 

El debate comenzaba aburrido, seco, con algún que otro candidato nervioso. Eso sí, la experiencia de los que llevan años sirviendo a la política fue notable desde el inicio. Destacaron también por sus palabras Luis Blanco, de ‘Por un mundo más justo’, y el cocinero extremeño Antonio Granero, de ‘Juntos X Extremadura’, que llevaban un discurso claro y no fueron solo a leer lo que ponía en su papel.

 

De hecho, este último protagonizó un momento clave en el debate junto a Juan Miguel González, de ‘Extremeñistas’. Aupando a este último, cargó contra los directores de los medios de comunicación invitados a dedo por Canal Extremadura, que tenían un turno para hacer tres preguntas a tres candidatos. Curiosamente, las preguntas estaban siendo dirigidas únicamente al Partido Popular, Partido Socialista, Unidas por Extremadura y VOX, algo que enfadó a las fuerzas regionalistas.

 

Estuvo bien intentar dar voz a todos. Sin embargo, el formato impidió que fuera ameno hasta las protestas regionalistas sobre las citadas preguntas, tras lo cual volvió a ser más de lo mismo con monólogos de un minuto por candidato para explicar sus propuestas sobre ciertos temas.

 

El auténtico debate surgió en los últimos 15 minutos, donde el presentador Manu Pérez tuvo que poner orden en varias ocasiones. Se trataba del quinto bloque, donde abiertamente los participantes podían hablar y responder a los demás. Nuestro presidente, Guillermo Fernández Vara, era el único que tenía mucho que perder y, por supuesto, no lo hizo.

 

Fue un “debate” hecho por y para él. El ‘jefe extremeño’ se evitó los cara a cara con cualquiera de los demás líderes, llegando incluso a parar su intervención cuando le interrumpían diciendo que si no había silencio no continuaría. Señor Vara, se trataba de debatir, de confrontar ideas y de que la población tuviera algo a lo que agarrarse para ir a las urnas el 28-M. Pero no, era más sencillo -estaba muy bien asesorado- mostrar su habitual tono sereno y salir airoso del descafeinado choque.

 

Pues eso, en un debate en el que nueve candidatos tenían mucho que ganar y uno mucho que perder, al final todo fue como se esperaba el director de orquesta. El regionalismo dividido en cinco y los de siempre con sus ideas de siempre. Algunas propias del siglo pasado y otras propias de una utopía.

 

Más de lo mismo en la comunidad con la tasa de paro más alta, con una deuda pública de 5.137 millones de euros, con un 36,9% de población en riesgo de pobreza y con proyectos por venir que son castillos en el aire.