4 Diciembre 2024
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OPINIÓN: Ver fútbol en España es para ricos (o no)

OPINIÓN: Ver fútbol en España es para ricos

 

LaLiga se ha mostrado los últimos meses muy dura en la lucha contra la piratería, que se ha ido consolidando en la sociedad española. Sin embargo, deberían preguntarse primero por qué los aficionados al fútbol buscan en su mayoría la opción ilegal con lo que ello requiere: menor comodidad, una peor calidad de imagen, retraso en la transmisión con posibles cortes inesperados y la exposición a virus informáticos. 

 

Y es que ver el fútbol de forma legal en España tiene un precio de lujo, prácticamente un privilegio. Para ver únicamente la liga española, la oferta más barata que puedes encontrar es de alrededor de 95 euros mensuales. Si deseas añadir los partidos de Champions League y Copa del Rey, el precio aumenta.  

 

Pero, ¿esto ocurre solo en España? Hagamos un repaso por las grandes ligas europeas. 

 

Francia es el país en el que más barato sale ver este deporte, con un precio alrededor de los 40 euros mensuales, incluyendo la Ligue 1 y Champions. Por su parte, Inglaterra es la que se acerca más a lo que encontramos en España, con coste de unos 90 euros, aunque la comparativa queda descompensada al enfrentar las economías de ambos países. 

 

En Alemania, se puede ver la Bundesliga por unos 50 euros mensuales el primer año, que después asciende a 80. Por último, en Italia, país con una gran cultura del fútbol y numerosos aficionados, el precio para ver la liga parte de tan solo unos 40 euros al mes, al igual que en Portugal. 

 

Estas cifras muestran lo que es evidente, que España es el país donde más caro sale ver el fútbol. Por ende, LaLiga debería preocuparse primero por intentar regular las transmisiones y crear una oferta accesible para la mayoría de los aficionados. Es verdad que hacer uso de la piratería no está bien, pero más lamentable es exprimir la pasión de personas que solo quiere continuar con una tradición como es seguir a su equipo. 

 

Sin embargo, cabe recordar que todo aquel que comparta o consuma contenido de forma no oficial podría estar incurriendo en un delito.