Preocupación ante el aumento de consumo de bollería industrial
Los hábitos alimenticios en España están experimentando un cambio notable con una preocupante disminución en el consumo de frutas frescas, así como un incremento en la ingesta de productos de bollería industrial. De acuerdo con un análisis detallado realizado por los expertos en nutrición de FITstore, el consumo de frutas ha descendido un 20% en la última década.
Esta tendencia negativa se ha intensificado en los últimos cinco años, durante los cuales se ha registrado una reducción del 12,4 %, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Frutas como los cítricos, de pepita y de hueso, y los frutos rojos son las más afectadas, mientras que las frutas exóticas, melones y sandías han mostrado una relativa estabilidad en el consumo, aunque no
están exentas de los efectos del aumento de precios.
A pesar de la reducción en la cantidad de frutas compradas, el gasto de los consumidores en estos productos ha aumentado un 27% en la última década, reflejando el impacto de la inflación en los productos frescos. Este incremento en los precios ha obligado a muchas familias a reconsiderar sus opciones de compra, disminuyendo la cantidad de frutas en sus cestas debido a los elevados costos. En 2023, el consumo per cápita de frutas se redujo a 78,6 kilogramos, una cifra significativamente menor en comparación con los 102,5 kilogramos registrados en 2014, lo que convierte al pasado año en el de menor consumo de frutas en la última década.
El aumento del consumo de bollería y sus implicaciones para la salud
La caída en el consumo de frutas contrasta con una tendencia totalmente opuesta: el mayor consumo de bollería y pastelería, que se ha incrementado un 2,79 % en la última década y hasta un 1,6 % en el último año. Este aumento es preocupante, tal y como destacan los expertos de FITstore que han analizado el informe: el segmento de bollería y pastelería es el que mantiene el precio medio más competitivo en la venta final al consumidor.
Este aumento es motivo de preocupación para los especialistas de FITstore, ya que la bollería suele contener altos niveles de azúcares y grasas saturadas, que pueden contribuir a una serie de problemas de salud, incluyendo la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. La bollería industrial, con un precio un 8,6 % más accesible que la media del mercado, se presenta como una opción económica atractiva, especialmente para familias con presupuestos ajustados. Esto es especialmente relevante en hogares con niños, donde el consumo de estos productos puede llevar a la adopción de hábitos alimenticios poco saludables desde una edad temprana. La economía de las familias juega un papel crucial en las dietas seguidas por padres e hijos.
Luis Cañada, fundador de FITstore.es, advierte sobre los riesgos de esta tendencia: "La sustitución de frutas naturales por bollería está causando estragos: sigue aumentando la obesidad, la diabetes tipo 2 y otras enfermedades crónicas mientras los datos del sedentarismo siguen también al alza".
Cañada subraya la importancia de una educación nutricional adecuada desde temprana edad: "Es esencial que desde pequeños se fomente el consumo de alimentos interesantes para garantizar una dieta equilibrada y una buena salud a largo plazo. Padres y educadores tienen un papel crucial en promover hábitos alimenticios saludables para evitar futuros problemas de salud".
Contraste con la tendencia de vida saludable.
El descenso en el consumo de frutas y el aumento de bollería contrasta con el crecimiento de un movimiento fitness que promulga la alimentación saludable y que está en auge: según el último estudio de FITstore, se estima que el consumo de alimentación saludable crece a un ritmo cercano al 19 % anual. Sin embargo, la accesibilidad y el precio de la bollería industrial está desviando a los consumidores hacia opciones menos saludables.