23 Noviembre 2024
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OPINIÓN: Un crimen contra la humanidad

OPINIÓN: Un crimen contra la humanidad

 

Para comenzar, me gustaría realizar una importante apreciación. Este artículo no atenta contra los países, ni contra las personas y civiles que están siendo asolados por una guerra entre bandos.

 

Estas líneas no servirán para posicionarse a favor o en contra de Israel o Palestina, sino para concienciar de la importancia de la vida y lo grave que resulta que alguien se crea con derecho a arrebatársela a otros.

 

La realidad es que la franja de Gaza e Israel están dejando en el camino miles de familias, de proyectos y de sueños por cumplir. Y la solución no pasa porque los países, administraciones e instituciones públicas e internacionales se posicionen a favor de uno o de otros, sino de que condenen este crimen contra la humanidad e intenten poner freno.

 

Desgraciadamente, no se elige el lugar en el que se nace, pero sí en el que se construye la vida. Aunque esto último no siempre es así. Así como cientos de personas emigran cada día de sus lugares de orígenes por razones de trabajo, otros lo hacen por necesidad. Y por necesidad, en la franja de Gaza hay miles de padres y madres recogiendo los cadáveres de sus hijos bajo los escombros de sus casas o de las calles.

 

Por necesidad, también, miles de civiles están muriendo en las calles de Israel porque Hamás no cesa en esta guerra sin fronteras. La franja de Gaza se ha convertido -o, mejor dicho, es desde el comienzo del conflicto- el punto de desencuentro entre Israel y Palestina.

 

Con el bloqueo del territorio controlado por Hamás por aire, mar y tierra, ahora que están a punto de morir quienes no tienen comida, agua, electricidad ni comunicación, el mundo ha decidido hacerse eco y posicionarse en contra de unos y a favor de otros. Dependiendo del color político que representen, precisamente, decantarán la moneda hacia un lado u otro.

 

Pero parece ser que los muertos no valgan lo mismo en un lugar u otro del mundo. El hemisferio norte sobre el sur; el oeste sobre el este, y los grandes países contra los más pequeños. Una vez más, en el punto de partida donde el poder hace y deshace sin importar las vidas pero anotando los números.