¿Cómo conocer qué tipo de jamón compramos en Navidad?
19 de Noviembre de 2016
La Unión de Consumidores de Extremadura (UCEX) ha elaborado un detallado estudio sobre la nueva norma del ibérico, ahora que se acerca una fecha en la que comenzamos a pensar en la compra del jamón ibérico para el hogar, mientras tanto, a través de la publicidad alimenticia que recibimos a diario ya se incluyen atractivas ofertas sobre este delicioso manjar.
Desde UCEX mantienen que en los últimos años existía mucha picaresca a la hora de publicitar este producto, utilizando términos ambiguos, falta de información al consumidor, etc. Por este motivo, el Real Decreto 4/2014 del 10 de enero de 2014, aprobaba la norma de calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibérico. La normativa trata de diferenciar aspectos sobre la pureza de la raza, la alimentación, su cría, etc., estableciendo ahora tres categorías para el jamón ibérico, aunque se hace extensible igualmente para paletas y lomos: Jamón de Bellota Ibérico, Jamón de Cebo de Campo, Jamón de Cebo.
Explican que esta norma ha introducido grandes cambios que el consumidor tiene que conocer para saber realmente qué productos está comprando, aunque hasta ahora no han comenzado a comercializarse los primeros jamones baja la nueva norma, debido al largo proceso de curación que necesitan estos productos.
ANTES DE LA NUEVA NORMA
Hasta ahora, diferenciábamos en el mercado al jamón ibérico clasificándolo de la siguiente manera: Bellota, Recebo y Cebo, denominaciones que ya no existen.
A partir de ahora, el jamón ibérico se clasifica en:
De bellota ibérico: jamones que proceden de cerdos criados en la dehesa o en montanera, alimentados en su fase de engorde exclusivamente de bellota, hierbas u otros recursos naturales de la dehesa.
De cebo de campo ibérico: jamones que proviene de cerdos criados en explotaciones tanto intensivas (encerrados en grajas) como extensivas (al aire libre), alimentados con piensos, aunque pueda aprovechar recursos de la dehesa o del campo.
De cebo ibérico: jamones que proviene de cerdos criados en explotaciones intensivas (encerrados en granjas) alimentados sólo con piensos.
Estas denominaciones deben de ir acompañadas del tanto por ciento del racial del cerdo, que podrán ser:
100% ibérico: son cerdos con padres y madres 100% ibéricos.
Ibérico: son cerdos procedentes de animales con el 50% - 75% de porcentaje genético correspondiente a la raza ibérica.
Toda esta información obligatoria debe de venir en la etiqueta, ella es la encargada de informar al consumidor sobre que producto está adquiriendo.
COLORES
Además de la etiqueta, los productos del ibérico serán identificados en el matadero con un precinto inviolable que llevará una numeración única que permite la trazabilidad del lote, siendo de distinto color según la denominación de venta:
Precinto Negro: Denominación de venta Jamón de Bellota 100% Ibérico. Exclusivamente del jamón ibérico, pudiéndose denominar “pata negra”. Son cerdos con padres y madres 100% ibéricos, criados en la dehesa, alimentados con bellota.
Precinto Rojo: Denominación de venta Jamón de Bellota Ibérico. Son cerdos criados en la dehesa, alimentados con bellotas, pero no son de raza ibérica pura, siendo está del 75 - 50%, indicando este porcentaje en su etiqueta.
Precinto Verde: Denominación de venta Jamón de Cebo de Campo Ibérico, son cerdos criados que pueden haber sido criados en extensivo o intensivo (no tiene obligación de indicarlo), alimentados con piensos y hierbas.
Precinto Blanco: Denominación de venta Jamón de Cebo Ibérico, son cerdos criados en un cebadero (intensivo) y alimentados sólo con pienso.
En resumen, la etiqueta de un producto ibérico deberá de contener obligatoriamente: el tipo de producto (jamón, lomo, etc), la alimentación que ha tenido el animal (de bellota, de cebo de campo o de cebo), el % racial del cerdo (100, 75, 50%), y quién certifica estas características.
¿POR QUÉ UNA NUEVA NORMA DE CALIDAD?
Desgraciadamente, en los últimos años han sido destapados muchos fraudes detrás del etiquetado del jamón ibérico, que han dado lugar a engaños sufrido por los consumidores, por este motivo la administración nacional decidió regular el etiquetado del ibérico, esta regulación no sólo contempla el etiquetado del producto, además introduce nuevas exigencias, como la edad mínima del cerdo antes de ser sacrificado, el peso mínimo de las piezas a la salida a industria, la trazabilidad, etc.
Si realmente queremos saber lo que comemos, tenemos que conocer el producto a través de su etiquetado y precinto, si no sabemos lo que comprobamos, no sabemos lo que comemos, finalizan desde la Unión de Consumidores de Extremadura.
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