La borrasca Efraín destroza 500 años de historia

Desde hace años la Asociación de Amigos de Badajoz viene exigiendo la protección del puente de Gévora, “una de las joyas patrimoniales de nuestra ciudad”, afirman.

“La declaración de BIC del puente ha sido un reconocimiento que ha hecho justicia a un monumento olvidado. Un reconocimiento merecido, pero insuficiente si no se acompaña de la protección del bien. La riada lo ha dejado claro”, apostillan.

La riada provocada por la borrasca Efraín ha venido a reconocer otra obviedad denunciada insistentemente: el estado puente exigía una actuación inmediata. Por tanto, lo sucedido no ha sido ninguna sorpresa, tan solo ha puesto de manifiesto lo que era una obviedad.

La Asociación de Amigos de Badajoz no ha logrado convencer a las irresponsables autoridades que el puente requería una intervención urgente. La ruina del puente es una desgracia, sobre todo si tenemos presente que la riada pude haber provocado otros daños que, esperemos, no provoquen el colapso de la obra.

En realidad, el desastre ha sido el resultado de la combinación de la inoperancia de las autoridades con la riada. La desidia ha empujado con más fuerza que la riada. La ruina del puente es un desastre, pero al tiempo es un síntoma de la dejadez con el que suele obsequiarse al Patrimonio.

La ruina ya no tiene remedio, pero “exigimos a las autoridades que cumplan con la Ley de patrimonio y la obligación de conservación del patrimonio que dicha ley impone a nuestras autoridades”.

Del mismo modo exigen la inmatriculación del puente de forma inmediata, un estudio completo de la estructura, sus patologías y un proyecto que consolide la obra y restaure tanto lo que la riada ha destruido como el arco central y el resto de los elementos arruinados o desaparecidos.

Lamentablemente “no es difícil adivinar que lo próximo en derrumbarse serán las ermitas de la Alcazaba. Aunque las lamentaciones de poco sirven si quienes tienen que velar por nuestro patrimonio no prestan la atención que se merece”.