Los vecinos portugueses cruzan la frontera para comprar bombonas de butano

La invasión rusa de Ucrania está haciendo que la inflación se dispare hasta máximos históricos de este siglo, aunque la situación se agrava si hablamos del gas y los combustibles, ya que Rusia es el tercer mayor productor del mundo en cuanto a petróleo y el país con más reservas de gas natural.

La Unión Europea se abastece en gran parte del gas y combustible que importa de Rusia, por lo que la mala relación entre la UE y el país gobernado por Putin ha hecho que la compra de materia prima rusa sea menor y más cara, afectando al precio de los productos como la bombona de butano, aunque se observan grandes diferencias de precio entre los diferentes países miembros.

PORTUGAL Y ESPAÑA

Al igual que pasa con los repostajes, los portugueses cruzan la frontera para comprar butano en nuestro país debido al bajo coste de este producto en España respecto a Portugal: mientras que en el país luso una bombona cuesta entre 30 y 35 euros, en nuestro país no llega a los 20 euros.

Esta elevada subida del butano en el país vecino se debe a que el precio de este producto no está regulado, como pasa en España, sino que desde principios de noviembre el precio de las bombonas está en manos de los distribuidores, quienes lo subieron drásticamente.

Respecto al transporte de bombonas de butanos, la ley española establece que solo se puede transportar un máximo de dos, teniendo que estar ambas en posición vertical y aseguradas de forma que no se muevan en todo el viaje. Algunos portugueses adquieren más, algo que además de estar prohibido, es muy peligroso.

Un total de 2,6 millones de viviendas portuguesas se abastecen de manera exclusiva de gas butano, el cual cuesta más del doble que el gas natural, por lo que los portugueses que viven en poblaciones cercanas a la frontera con nuestro país aprovechan para comprar tanto butano como gasolina o gasoil (en Portugal no existe rebaja en el combustible como en España).