¿Qué destino le depara a Extremadura?
28 de Septiembre de 2019
La región extremeña rica en ganadería y agricultura, bases fundamentales para su desarrollo económico y pilar laboral para atraer a trabajadores que estén dispuestos a trabajar en época de recogida. Extremadura, rica en paisajes inexplorados, una comunidad desconocida entre los españoles, un tesoro escondido entre las ruinas.
La población se afixia, la curva de la demografía extremeña baja en picado, los impuestos aprietan, la sequía aumenta, las empresas cierran, los ganaderos y agricultores desisten.
Extremadura es la primera comunidad autónoma en producción de ovino, representa el 22,4% de la cabaña ganadera a nivel nacional, pero el sector vive una situación gravísima debido a la sequía que mantiene las cuencas hidrográficas a no más del 40% de su capacidad.
Los precios que perciben los ganaderos por sus productos son este año, 2019, especialmente bajos a pesar de los costes de producción. Lo mismo pasa si hablamos de agricultura.
La campaña de la vendimia se presenta tensa y difícil para un sector amenazado por unos bajos precios de la uva y la dificultad para encontrar mano de obra para recoger la cosecha.
El precio de la uva para cava ha descendido un 40% respecto a la pasada temporada a pesar de que este año ha mejorado la calidad del producto. Actualmente los precios se sitúan entre los 0,30 y 0,35 euros/kilogrados, muy por debajo de los 0,55 y 0,60 euros que se pagaron la campaña anterior.
De hecho, alguna bodega a nivel nacional ya se ha desmarcado de esta tendencia y ha anunciado que respetará el precio de la uva de la pasada temporada. Es el caso de las Bodegas Agustín Torelló en Barcelona que mantendrá el precio a 0,62 euros.
Preocupa también el caso de los cereales de invierno, con pérdidas de hasta el 45% respecto al año anterior, así como los cultivos de regadío que frente a la sequía queda en una incógnita como sobrevirán a las próximas campañas.
Hablamos la región con más agua de España, pero con insuficientes ayudas y poca atención por parte del Gobierno, limitando las opciones de recuperarse y buscar soluciones.
El reto demográfico es otra espina clavada en la región, la edad medía de la población supera los 44 años lo que supone que los habitantes extremeños son 1,19 años más mayores que la media nacional.
En total, el 28% de los municipios de la región cuentan entre sus vecinos con un tercio de la población con más de 65 años, en concreto 109 localidades, según un informe elaborado por la la Consultora Estratégica de Comunicación Stratego.
Si hablamos de despoblación el 84,2% de los municipios extremeños han perdido población en el siglo XXI. De hecho, los municipios de menos de 10.000 habitantes han perdido 55.986 personas. Estos son los datos arrojados a finales de mayo de 2019.
Las 13 mayores ciudades de Extremadura aglutinan el 49,3% de la población, frente a este porcentaje nos encontramos a Campillo de Deleitosa que se ha convertido en el Consistorio con menos habitantes de Extremadura. Además, 10 pueblos extremeños están por debajo de los 100 habitantes.
Las mayores bajadas poblacionales en número de persona se han dado en Talayuela (-2.099), Castuera (-1.294), Moraleja (-1166), Cabeza del Buey (-1.053) y Zalamea de la Serena (-1.041).
La conclusión es clara respecto a estos datos, en Extremadura mueren más que nacen, y la mayoría de los jóvenes se van de la región en busca de trabajo.
Así que, ¿qué destino le depara a Extremadura? Una región con gran potencial para el turismo pero totalmente abandonada a su suerte. Castillos monumentales se levantan sobre las pequeñas cumbres de la región, palacios de templarios, órdenes de Santiago y reyes árabes abandonados.
Ejemplo de ello es la Alcazaba de Badajoz, la más grande de Europa pero cuyo estado deja mucho que desear. Tampoco existe una promoción, instalaciones y estado de mantenimiento y limpieza que inviten a los turistas a visitarla y disfrutarla.
Señalan que las obras arqueológicas de La Galera, antigua cárcel de mujeres y recinto árabe del siglo X, comienzan ahora. Año 2019, siglo XXI.
Puede decirse, casi con total seguridad, que si Extremadura recibiera las ayudas, subvenciones y se establecieran las medidas urgentes que precisa sería no solo un gran destino turístico por su historia (que pasa desde lo neolítico, por lo visigodo, árabe y romano), si no un espacio con gran cantidad de trabajadores dedicados a productos de primera calidad que nada le tienen envidiar al resto de elaboraciones foráneas.
Extremadura cuenta, si cabe, con todos los pilares fundamentales para establecerse como potencia económica nacionalmente, e incluso internacionalmente, por sus recursos naturales, por su ganado autóctono, por su agricultura, cava, vino, entre otros, y por una historia única repleta de conquistadores y grandes estructuras irrepetibles en todo el territorio europeo. Pero no lo logrará, desembocando en un problema demográfico aún mayor, sin las pertinentes ayudas.
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