Badajoz. Jugando a ser detectives
Como si de un thriller psicológico se tratara, la actualidad política pacense con la moción de censura como telón de fondo, va camino de aglutinar todos los ingredientes necesarios para candidatarse como la novela policiaca del año.
El baile de denuncias solo ha hecho que empezar, y muchos son los nombres que van apareciendo en este entresijo de datos que la Justicia tendrá que ordenar y valorar más tarde o más temprano.
Los improperios de unos y otros están adquiriendo un calado propio del barriobajerismo digno de un capítulo de la serie que la cadena Cuatro lanzara hace varios años, recordemos ‘Callejeros’.
Aún está por discernir si la onda de vulgaridad adquiere fuerza de huracán en lo que a movimientos políticos se refiere, pero los excesivos nervios indican que algo está pasando en el Palacio Municipal, desde donde comienzan a maniobrar.
El alcalde ha ofrecido públicamente esta semana su cara más desconocida: nervios, cúmulo de insultos al portavoz socialista Ricardo Cabezas, amenazas,… una puesta en escena a la altura del thriller que venimos presenciando durante los últimos meses.
En medio, el nombre de la primera detención que hasta el momento se ha cobrado el caso. Antonio García Borruel lleva recopilando durante los últimos meses una información, que a tenor de los acontecimientos, podría llegar a tener un valor incalculable.
El quid de la cuestión es: ¿la información que maneja este hombre es lo suficientemente importante como para hacer temblar de esta manera los cimientos del consistorio?. Parece que sí.
A la espera de la evolución que tomen sus documentos, la presunta trama corrupta de los accidentes contra el Patrimonio, tan solo podría ser el comienzo de una tempestad por desatar. Badajoz, podría acumular problemas legales respecto a la gestión realizada en la Finca los Rostros, El Campillo, las casas de la riada, los cobros en B de Almossassa, los presuntos pagos a los alcaldes pedáneos, la gigantesca Red Clientelar,…
SILENCIO, SE RUEDA DE NUEVO
Pero hasta el momento no todo el material resulta válido para el rodaje, la secuencia del pasado viernes ocurrida durante la detención de Antonio Gª Borruel fue a todas luces una chapuza. ¿Desde dónde fue dado el chivatazo para que los fotógrafos detenidos estuvieran colocados en la escena del crimen? ¿Cómo es posible que todo saliera tan mal?,… ay si la buena de Christie levantara la cabeza!.
También y a buen seguro Jessica Fletcher habría extendido un buen rapapolvo a los partícipes de tal escena. Un entresijo tan facilón no está a la altura del fondo de la cuestión.
Siéntense pacenses, compren el pack grande de palomitas con la bebida que más gusten, porque las escenas más fuertes del rodaje del thriller del año están por rodar.