Bruselas acelera el plan para acabar con el consumo de carne roja
Bruselas ha dado un paso más en su plan por reducir el consumo de carne roja y hacerse con sustitutivos —como productos impresos en 3D— que ayuden a reducir las emisiones de CO₂ y eliminen un alimento clave para el desarrollo humano en favor de modelos más sostenibles y artificiales. Esta estrategia se enmarca dentro de los objetivos climáticos de la Unión Europea marcados en la Agenda 2030, que pretende reducir las emisiones en un 90% para el año 2040.
La hoja de ruta, que aparece detallada en un extenso documento de más de 600 páginas denominado Memoria Económica, fue presentada por la Comisión Europea en un contexto de fuerte tensión social, coincidiendo con las protestas del sector agrícola en distintos países miembros. Ursula von der Leyen, presidenta del organismo comunitario, reconoció que uno de los grandes retos será transformar profundamente la producción de alimentos sin comprometer la capacidad de abastecimiento.
Uno de los pilares de esta transformación consiste en disminuir el protagonismo de la ganadería, especialmente la extensiva, tanto por su impacto medioambiental como por los riesgos asociados a una dieta con alto contenido en carne roja. La propuesta incluye una reducción del 55% de emisiones para 2030 (respecto a niveles de 1990), y un recorte aún más radical del 90% en emisiones no relacionadas con CO₂, como el metano proveniente de la actividad agroganadera.