Conoce el índice VIX, el mejor termómetro de las turbulencias del mercado
Este indicador bursátil mide la volatilidad de las opciones sobre acciones de las compañías que cotizan en el S&P 500.
El Volatility Index o Índice VIX refleja la volatilidad del mercado, lo que hace que en el argot de los inversores se le conozca también como 'índice del miedo', sobre todo cuando la variabilidad de sus fluctuaciones obedece a coyunturas de incertidumbre financiera motivada por cualquier causa.
Así, VIX mide la expectativa de volatilidad del mercado a 30 días vista, con base a las operaciones que se realizan con opciones sobre acciones en el índice S&P 500, que recordemos que junto a otros como el Nasdaq tecnológico es uno de los más importantes, al recoger en su caso a las 500 compañías de mayor capitalización bursátil en Estados Unidos.
Origen y funcionamiento del Índice VIX
El VIX se lanzó en 1993, lo que lo convierte en uno de los índices de referencia de creación más reciente (el Nasdaq tecnológico creado en 2006 en realidad fue una evolución de NASD surgido en 1971), siendo alumbrado concretamente por el Chicago Board Options Exchange (CBOE), donde cotiza actualmente.
El índice varía en función de las opciones de compra y venta (call y put) sobre las acciones de las compañías del S&P 500, y cuando el gráfico refleja un VIX a la baja significa un mercado estable con bajo riesgo, y lo contrario si se sitúa en valores altos, que implican volatilidad, y por tanto previsiones de fluctuaciones en las cotizaciones, con la consiguiente incertidumbre.
De este modo, el VIX es un fantástico indicador del ánimo o sentimiento del mercado, es decir de la percepción general que hay sobre la futura cotización al alza o a la baja de los valores bursátiles.
De hecho, si se atiende a la evolución del VIX a lo largo del tiempo, se pueden apreciar a la perfección las coyunturas de zozobra financiera por crisis globales como la quiebra de Lehman Brothers en 2008 y su efecto en cadena, la irrupción de la pandemia en 2020, o la guerra de Ucrania más recientemente. Eventos especiales que influyen en un comportamiento bursátil mucho más volátil desde pequeños inversores hasta de gestores de grandes fondos, lo que queda reflejado en el índice con subidas abruptas.
Oportunidades de inversión
Es importante profundizar en cómo este índice sirve como herramienta predictiva y a la hora de articular estrategias de protección de inversiones en coyunturas de mercado repletas de incertidumbre, para por ejemplo canalizar las inversiones hacia valores más seguros a los que no les afecten las fluctuaciones, en pongamos por caso metales preciosos como el oro que suelen suponer un activo de refugio, o incluso bonos del tesoro de países con calificación de riesgo AAA, debido a que tienen unos indicadores económicos positivos de manera recurrente.
Por otro lado, un VIX bajo invita a los inversores a atreverse con activos de mayor riesgo pero con un gran rendimiento potencial, como por ejemplo las acciones de compañías prometedoras nacientes, para hacer bueno ese lema inscrito en el ADN de Wall Street de 'comprar barato y vender caro', que es tan viejo como el de 'comprar con el rumor y vender con la noticia'.
VIX como termómetro de la economía global
El índice no solo refleja el espíritu que preside el mercado financiero estadounidense, sino que también es el mejor termómetro de la estabilidad económica a nivel mundial, para lo que podemos recurrir de nuevo a un símil clásico, como el que afirma que cuando la 'bolsa de USA estornuda las del resto del mundo se resfría'.
Por ello, pese al negativismo asociado al VIX como índice del miedo, lo cierto es que resulta un indicador fundamental para ofrecer contexto a los inversores, gracias a sus previsiones de volatilidad a 30 días, que con independencia de cómo sean de optimistas aportan un suelo firme para orientar la operativa en los mercados, por lo que a la postre sirve con su información para ofrecer estabilidad, traducible en tranquilidad.
En definitiva, vemos que el VIX es un índice que es interesante conocer, más allá del perfil que se tenga como inversor, ya que a la hora de invertir, el saber nunca ocupa lugar.