El campo Extremeño en busca de una defensa "ante el robo por unos precios injustos"
Una Extremadura digna
5 de Diciembre de 2021
OPINIÓN
El campo extremeño recurre a la administración regional y al Estado para que lo defienda y detenga el robo, el saqueo y la extracción de recursos al que lo someten los grandes monopolios y las grandes superficies. Estas poderosas corporaciones tienen la suficiente capacidad política para imponer precios de miseria a los productos agrícolas y al mismo tiempo, vender a los agricultores, elementos y bienes de producción a precios gravosos.
Además, como tienen una gran influencia política en los centros de poder condicionan las decisiones de los Estados y de la Unión Europea con normas, tratados y acuerdos comerciales con otros países que perjudican notablemente a los productores extremeños.
Los políticos que ocupan las instituciones españolas y europeas, con un teórico poder decisorio para regular todo lo relativo a los factores económicos que determinan la economía del agricultor, desde los costes, las ayudas y subvenciones procedentes de Europa y los precios de venta, en la práctica se mantienen sumisos bajo el firmamento resolutivo que dictaminan aquellos grandes grupos de presión.
En estas condiciones, los mercados son elementos ficticios e irreales, por lo que los precios no son resultados ni mucho menos de la libre competencia mercantil. En consecuencia, es necesaria la intervención del Estado para la defensa del mundo rural.
El gobierno regional y central tienen que asegurar unos precios dignos que eviten la ruina de un número importante de agricultores y ganaderos, y el consiguiente abandono de sus tierras que caen en manos de especuladores, latifundistas y propietarios.