El dramático precio de la luz comienza a afectar a turismo, hostelería y alimentación
Como no podía ser de otro modo, las progresivas subidas del precio de la electricidad, el butano y los carburantes se siguen traduciendo en un significativo incremento del IPC en lo que va de este año 2021, especialmente en las partidas de transporte (8,2%) y vivienda (9,7%), tal y como acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística en los datos desagregados de agosto.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) considera que las enormes subidas del coste de la energía pudieran haber afectado también al coste del turismo y la hostelería.
De enero a agosto su IPC se ha incrementado un 2,9% (con una subida del 0,7% respecto a julio); y, más preocupante, al coste de los productos alimentarios: desde enero de 2021 el IPC de los alimentos y las bebidas no alcohólicas se ha incrementado un 1,7% (con una subida del 0,3% el último mes).
En concreto, varios alimentos de primera necesidad han sufrido ya importantes subidas de precios: los aceites y las grasas (22%), aunque todo apunta a un aumento provocado por una mala cosecha, la fruta fresca (5,3%), los huevos (4,0%) y la carne de ave (2,8%).
De momento es solo una tendencia, pero si los precios de la energía siguieran altos, el comercio no tendría más remedio que trasladar el sobre coste de producción y transporte al consumidor final.
OCU advierte que estas subidas no han afectado por igual a todas las regiones. Entre las que más han sufrido el incremento de precios destacan Galicia (2,9%), Cantabria (2,5%) y Asturias (2,4%), además de Melilla (3,4%).
Mientras que se ha sentido un poco menos en Canarias (1,2%), Murcia (1,3%) y La Rioja (1,4%), así como la ciudad de Ceuta (1,1%).