31 Marzo 2025
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El fenómeno de ‘La Isla de las Tentaciones’

El fenómeno de ‘La Isla de las Tentaciones’

Montoya / Mediaset

 

A estas alturas, la frase “Montoya, por favor” ya es un fenómeno viral y social. Perfiles en redes sociales de equipos de fútbol de todo el mundo, diarios internacionales, hasta el propio Festival de Eurovisión se ha hecho eco de esta expresión que llevó al sevillano al límite y que propició su huida a través de la playa dominicana en busca de su pareja.

 

Año tras año ‘La Isla de las Tentaciones’ se convierte en un buque insignia televisivo y obtiene considerables datos de audiencia. Desde su arranque hace cinco años, las ocho ediciones que se han emitido hasta ahora del programa de telerrealidad han cosechado miles de reacciones e interacciones en redes sociales, pero este año el reality español ha pegado un gran salto internacional. Tertulias americanas han comentado el famoso fragmento de 2 minutos del programa, que ha llegado a acumular 170 millones de reproducciones aproximadamente. Un número que no para de aumentar. Pero, ¿qué ha convertido esta edición en un fenómeno global?

 

El fragmento que muestra a Montoya desesperado corriendo hacia la otra villa (donde se encontraba su pareja) muestra un lado del ser humano desgarrador. La reacción más animal del hombre. El sufrimiento y el dolor se plasman en el protagonista de una manera completamente desnuda, sin filtros. Esto, mezclado con la ira y con la implicación de la presentadora, que abandona su papel de conductora para hacer de psicóloga del afectado e intentar frenarle, crean en el espectador dos emociones: morbo y empatía.

 

El morbo lo causa la incertidumbre por conocer la reacción del protagonista al encontrarse con su pareja, saltándose por completo las normas del programa y obligando a todo un equipo a reaccionar frente a algo inesperado. El espectador no puede evitar querer saber cómo se afrontará la situación y se mantiene pegado a la pantalla mientras el sufrimiento continúa. La empatía viene de la mano del dolor del protagonista. El usuario que haya vivido una situación similar ahora puede compararse con el sujeto televisivo, y de esta manera se crea una atmósfera en la que el dolor generalizado de otras personas que hayan participado de un hecho parecido disminuye y se “normaliza”.

 

La narrativa de la pieza audiovisual es más propia de una película que de un reality. Acompañado por una iluminación oscura, con elementos como el fuego y la tormenta, la escena está dotada de un magnetismo que provoca en el espectador la sensación de querer seguir viendo más.

 

Tras este episodio, el espectador continúa enganchado a la historia, y, al mismo tiempo, quiere conocer más acerca de las otras parejas participantes. Esto ha provocado una subida en los audímetros que eleva a ‘La Isla de las Tentaciones’ de tal manera que se queda sin rivales televisivos en sus días de emisión, consiguiendo cifras de audiencia superiores al 20%. Cifras propias de una televisión en la que aún no competían las plataformas de streaming. ¿Estará la telerrealidad española ante una nueva era de oro?