El peligro de los gastos hormiga, vampiro y fantasma
Seguro que, alguna vez al menos, habrá pensado en cómo ahorrar algo más de su sueldo mientras toma un café en un bar. Terminada la reflexión pagamos el euro con veinte que nos cuesta ese café y seguimos nuestra jornada volviendo a reflexionar sobre cómo estirar nuestros ingresos.
No nos hemos dado casi ni cuenta pero ese café es un gasto hormiga que, si se repite a diario, nos lleva a gastar más de 35 euros al mes... ¡¡sólo en cafés fuera de casa!!
Estos gastos hormiga son sólo un ejemplo de desembolsos que podemos evitar y que nos permitirían, sin gran esfuerzo, mejorar nuestra capacidad de ahorro. Y no son los únicos porque también existen los vampiros y los fantasmas.
Los gastos hormiga son esas compras del día a día de productos que no están planificados y no parecen ser importantes. Ese café de las mañanas, un paquete de chicles, una cajetilla de cigarros, propinas, o picar algo fuera de casa antes de comer son ejemplos perfectos. Por otro lado, los gastos fantasmas son aquellos en los que incurrimos casi sin darnos cuenta, pero que terminan afectando el presupuesto.
Entre ellos, seguro que contamos con suscripciones a plataformas de contenidos en streaming, a un gimnasio, a publicaciones online, seguros, etc. Y, ¿consumimos todos?
Se trata de gastos fantasma: una serie de gastos que, no parecen importantes pero que, si los juntamos, suponen una cantidad significativa de dinero.
Por último, y bajo el nombre de gastos vampiro, englobamos una serie de gastos que forman parte de nuestra partida de gastos fijos, ya que están relacionados con los suministros y gastos del hogar. Son difíciles de detectar y tienen que ver con maximizar nuestros contratos de este tipo de servicios y hacer un buen uso de ellos.
Por ejemplo, si no tenemos contratada la tarifa del gas más adaptada a nuestro consumo o estamos pagando gigas de más que no usamos en nuestro plan de telefonía.
Cómo controlarlos
Si realmente queremos disminuir estos gastos hormiga a su mínima expresión tendremos que ser organizados, metódicos y disciplinados e ir paso a paso. En primer lugar, tendremos que identificar y cuantificar los gastos hormiga en los que incurrimos durante un cierto periodo de tiempo, de esta forma sabremos qué comportamientos y conductas necesitamos corregir.
Una vez localizados y cuantificados los gastos hormiga, será preciso realizar un análisis de los mismos con tal de saber cuáles son los de mayor cuantía y los más urgentes de eliminar. Asimismo, podemos pensar en aquellos gastos que creamos que son más fáciles de reducir, ya sea porque no forman parte de nuestra rutina o porque podamos encontrar una alternativa fácilmente.
Por último, se debe hacer un seguimiento de nuestros gastos mensuales para comprobar si efectivamente estamos alcanzando los objetivos y, por consiguiente, ahorrando más dinero mensualmente. De ser así, nos sentiremos más motivados a continuar con el proceso, creando en el camino una mentalidad de ahorro para acometer futuros proyectos personales.
Medidas por sectores
De momento, ya sabemos a grandes rasgos cómo podemos controlar estos gastos “invisibles”, pero, ¿cómo concretamos esas generalidades? Ahí van algunos consejos que nos ayudarán a conseguir nuestros objetivos.
Alimentación: ¿Sabías que comer fuera puede salirte hasta un 50% más caro que hacerlo en casa? En España, según un informe del Parlamento Europeo, se desperdician hasta 163 kilos de alimentos por persona y pese a ello 6 de cada 10 españoles pasa olímpicamente de llevarse comida al trabajo y come fuera con frecuencia, propiciando un gasto medio de 257 euros mensuales.
Cocinando tus alimentos en casa de forma habitual aliviarás la presión sobre tu bolsillo, aunque hagas alguna excepción en ocasiones especiales.
Plataformas de streaming: El mundo tiene actualmente una enorme saturación de plataformas que ofrecen distintos servicios: cine, televisión, música, lectura…En este sentido, muchos usuarios están dados alta en varias de ellas, puesto que sus productos son distintos.
La pregunta que se tienen que hacer muchas personas es si realmente las utilizan: Si estás pagando por una plataforma que no entras durante el mes es que no es indispensable. Eso sí, si es un servicio que te permite desconectar o se trata de tu afición principal sí que es fundamental. Entonces, podremos considerar que este no es un gasto hormiga, aunque sí que es aconsejable que lo valores para ver si puedes o no prescindir de ello.
Comisiones innecesarias: Las pequeñas comisiones de las tarjetas de crédito y débito son gastos hormiga muy importantes. Pagos no realizados a tiempo, cargos por robo o pérdida o disposición de efectivo en cajeros que no son de tu entidad son sólo los más comunes.
Revisa tu estado de cuenta detalladamente y si identificas un cargo no reconocido reclámalo de inmediato. A los bancos no les importan tus finanzas, por lo que debes estar atento siempre.
Transporte: Actualmente, el combustible o el mantenimiento de un coche pueden suponer un duro golpe mensual a tu economía doméstica. Por fortuna, hoy en día existen muchas alternativas, además de tus dos piernas si vives en una ciudad pequeña.
El transporte público y sus diversos bonos, la bicicleta o las opciones de movilidad sostenible, como los vehículos eléctricos pueden suponer un importante ahorro en el cómputo global de tus gastos.
Pequeños vicios: Gastos como el alcohol y, sobre todo, el tabaco, aparte de estar sujetos a altos impuestos que encarecen su precio, pueden llevarte a ahorrar hasta varios cientos de euros cada año si se prescinden de ellos; y nuestra salud también lo agradecería encarecidamente. Por otro lado, muchos de estos pequeños gastos pueden ser muy difíciles de eliminar totalmente.
Dejar de fumar de la noche a la mañana no es una opción sencilla para muchas personas, por lo que un consejo es que utilices algunas aplicaciones de ahorro para apuntar esos pequeños gastos y así hacer consciente lo que es imprescindible.
-Las ofertas que realmente no lo son: Muchas veces navegas por internet y te topas con una oferta increíble de ese producto que no necesitas pero que te gustaría adquirir. El descuento es del 50%. Sería absurdo no aprovecharlo, ¿no crees? La respuesta es que no. Lo mejor es no caer en la trampa del consumo irresponsable y comprar algo que realmente no necesitamos para nada. Hay que evitar estos gastos que perjudican tu presupuesto mensual.
Antojos y compras impulsivas: Si eres de esas personas que meten en el carro de la compra toda clase de tonterías y productos innecesarios que no tenías pensado comprar previamente, los expertos te recomiendan pagar en efectivo y tener siempre una lista elaborada de antemano.
Mala planificación del presupuesto: La disciplina y la planificación son dos requisitos esenciales para el ahorro. Por eso, establecer objetivos de ahorro para un viaje, la compra de algún artículo o pagar los estudios permitirá mejorar el manejo de las finanzas y enfrentar los gastos hormiga.
Salidas nocturnas: Salir a cenar y tomarse unas copas de vez en cuando está bien. Sin embargo, es bastante frecuente que en una noche de juerga podamos derrochar más que en una quincena. Los bares de copas y restaurantes son espacios propensos a gastar más de lo esperado. Piensa que puedes buscar formas en las que divertirte no signifique gastar, y si aún decides salir, haz un presupuesto para esa noche y trata de no gastar ni un euro de más.
Servicios de suministros: Es importante dedicar tiempo a estudiar las condiciones de la compañía telefónica que tienes contratada, tu tarifa de datos, tu factura de la luz, tu seguro del coche o las compras de ciertos productos a plazos, como los teléfonos móviles. Atento a los mantenimientos: Si se te ha disparado la factura del agua, la nevera no enfría lo suficiente o el coche gasta mucho aceite puede que sea por una avería. Dejarlo pasar no solo nos hará gastar más, sino que puede que un día tengamos que afrontar una reparación completa y posiblemente muy costosa.
Conclusión
Eliminar estos gastos hormiga, fantasma o vampiro no parece, por tanto, demasiado complicado. Sin embargo, es muy probable que, tras leer este artículo, haya detectado muchos de ellos en sus costumbres más cotidianas.
Sabemos que la situación económica, con unos sueldos que ni de lejos crecen al ritmo del precio de los alimentos, la luz o el combustible, es difícil para muchas familias. Pero si somos capaces de hacer un ejercicio de reflexión, elaborar un presupuesto realista, eliminando todos estos gastos superfluos y optimizando los que son realmente necesarios, la situación de nuestra economía familiar puede mejorar, y mucho.