OPINIÓN: La Dama de la Información
Mi homenaje a María Jesús de las Heras
Ahora que ya no está cuesta decir tanto de ella porque en cada segundo vivido cerca de ella, esos ojillos curiosos y su dulce sonrisa te hacían sentirte bien, cómodo, confiado...
La primera vez que la vi fue a raíz de la entrevista que me hizo cuando se presentó la bandera de Badajoz en las Casas Consistoriales, invitándome enseguida a una entrevista más amplia en la sede del periódico. Sin saberlo, enseguida me incluyó como colaborador del Diario abriéndome una puerta de par en par a contribuir con mis modestas palabras en los distintos artículos. Así era ella: generosa y siempre abriendo posibilidades. Inquieta, profesional y sobre todo buena persona, pero, que no por ello dejaba de afirmar sus convicciones cuando era necesario.
El tiempo cerca de ella me ha sabido a muy poco, y quisiera haber aprendido más con ella. No obstante, el tiempo cerca de ella siempre quedará en mí marcado a fuego como un tiempo inolvidable. Su legado no debe ser olvidado y su homenaje es obligado establecerlo.
Hay personas que pasan por tu vida y una vez que han pasado, se alejan en la lejanía del olvido. María Jesús nunca se alejará porque ella, en cada persona que la conoció, nunca pasó de largo, sino que se quedó en cada una de ellas, las miró y les sonrió. Y eso ya no se olvida jamás.
Hoy las lágrimas son inevitables, pero a pesar de ellas, allá donde esté, seguro que la Dama de la Información, seguirá mirando con esos ojillos curiosos y esbozando su eterna sonrisa.
Nunca te olvidaré. Es imposible.