2 Diciembre 2024
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OPINIÓN: No construyas el 'nío' junto al río

Manuel Martín Alzás, Francisco R. Blanco Coronado

11 de Noviembre de 2024

OPINIÓN: No construyas el 'nío'  junto al río

 

Tras la trágica catástrofe de hace unos días en la zona de Levante, con efectos dantescos y la pérdida de dos centenares de vidas, lamentablemente, todavía sin recuperar siquiera todos los cuerpos de las víctimas, los políticos han conseguido que las hienas sean seres amables, educados y comprensivos, en comparación con ellos. Produce vergüenza que todavía en plena conmoción, llanto y abatimiento de las familias afectadas, los representantes de distintos partidos se culpen unos a otros de los letales efectos de la riada y miles de personas sigan sin comida, agua ni luz.

 

Como la incompetencia y dejadez han sido evidentes, y basta con escuchar los testimonios de los afectados, los mejores testigos del drama, ahora hay que buscar teóricos culpables para desviar la responsabilidad de los verdaderos responsables de lo acaecido. Y claro, ¡cómo no!, se señala a quienes nos dedicamos a la conservación de la Naturaleza, y dentro de esta labor, a quienes, como FONDENEX, llevamos propugnando desde muchos años la protección de lasriberas de nuestros ríos, de su vegetación palustre y de los bosques de galería, un ecosistema de riquísima biodiversidad, regulador del flujo de los ríos, defensa frente a la erosión y una de las armas más eficaces para luchar contra las riadas y avenidas.

 

Durante miles de años, los ríos han discurrido por sus cauces naturales, han tenido sus flancos cubiertos de vegetación tanto arbórea como arbustiva, se han desbordado en épocas de grandes precipitaciones, y las aguas después han vuelto después a su curso. Durante siglos, a nadie se le ocurrió construir ciudades o asentamientos en los cauces de los ríos, y si lo hacían en sus proximidades, una vez estudiado el lugar y las condiciones hidrológicas, construían defensas frente a las avenidas, como los romanos hicieron en Mérida, con la construcción del gran dique situado por delante de la muralla, en la margen derecha del Guadiana (flumen Anas, << el río de los ánades>>, o patos), una obra colosal, única en el mundo, que fue la que más llamó la atención de Felipe II en su visita a la antigua Augusta Emérita.

 

Según algunos políticos ineptos e incompetentes y los técnicos del <Club de la línea recta>, habría que convertir a nuestros ríos en canales y eliminar los bosques de riberas (alisedas, fresnedas, alamedas, etc.…) y cañaverales, tamujares, adelfares, zarzales, pero, eso sí, no renuncian a permitir construir en sus márgenes y zonas de inundación, que dichos técnicos conocen perfectamente, ni a ir contra la especulación urbanística de dichos terrenos.

 

Que nuestros ríos y sus riberas están abandonados hace décadas, lo sabemos quiénes luchamos por su conservación. Muchos ríos dejaron de ser ríos y se convirtieron en embalses, como el Tajo en Extremadura, y que no se recurra a la disculpa del abastecimiento a poblaciones o de riego a cultivos, pues muchas presas se construyeron sólo y exclusivamente para producir energía para empresas privadas, arrasando el patrimonio natural común de todos los españoles. Que hay que         construir embalses para las necesidades de las poblaciones o de la agricultura, todos estamos de acuerdo, pero depende de los sitios elegidos y de sus dimensiones. Actualmente, muchas de las presas construidas en España no cumplirían los requisitos exigidos por la Unión Europea, y no se autorizarían.

 

Los cauces de los ríos y sus riberas no sólo son asiento de vegetación natural, que, como hemos dicho, existe desde milenios, sino también de escombros, basuras, electrodomésticos, vehículos, maquinarias diversas, restos de graveras, torretas eléctricas, y muchos más objetos. Son estos elementos los que taponan los ríos, no la vegetación natural, que lo que hace es, precisamente lo contrario.

 

La inundación más catastrófica sucedida en Mérida por el río Albarregas, fue posterior a la canalización del mismo con un cauce de hormigón que ya entonces, 1985, denunciamos que era un gran error de ingeniería. Esta obra no sirvió para nada, ya que << las inundaciones acaecidas durante los días 5 y 6 de noviembre de 1997 pusieron de manifiesto la insuficiencia de las actuaciones realizadas sobre el encauzamiento del arroyo, ya que el aguacero causante de la riada, con una duración de diez horas, cuya máxima intensidad se alcanzó en las dos últimas horas, adquirió una punta de caudal del orden de 200 m3/s, más del doble de la capacidad teórica del encauzamiento existente (Secretaría de Estado de Medio Ambiente).

 

Los errores de la inútil obra, que fue demolida y sustituida por la actual, infinitamente más respetuosa con el entorno y los monumentos, prueban que las canalizaciones no son siempre la solución

 

Como dijo aquel anciano de una localidad del valle del Jerte cuando la pavorosa avenida de hace décadas, << no construyas el nío junto al río>>.

 

Manuel Martín Alzás

Biólogo, Profesor de Biología y vicepresidente de FONDENEX

 

Francisco R. Blanco Coronado

Médico y presidente de FONDENEX