OPINIÓN: No es nada fácil vivir en el extrarradio de Badajoz

Un paseo a cualquier hora del día, cualquier día del año elegido al azar por las calles de las barriadas del extrarradio de Badajoz es sinónimo de la más absoluta supervivencia.

Los últimos acontecimientos acaecidos en las calles de las barriadas de Suerte de Saavedra y Los Colorines con armas de fuego como testigo, dan fe del castillo de naipes a punto de ser derribado entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y toda aquella minoría, que no respetan la vida en Sociedad.

Las continuas faltas de respeto en diferentes grados hacia los servidores públicos forman parte de una amenazante cotidianidad.

En tiempos en los que parece que todo está perdido, y en los que tenemos una sociedad repleta de dañinos estereotipos, decidimos y prejuzgamos a todos y cada uno de los que tuvieron que tirarse al suelo casi al amanecer con el propósito de impedir que una lluvia de cartuchos provenientes de armas cortas y largas presuntamente disparadas por dos familias enfrentadas entre sí, no les alcanzaran. Las mismas que han traído el desasosiego al barrio y por supuesto no ha llegado por casualidad.

Aquella latente marginación disfrazada de solidaridad, entre el insoportable ruído social que impide oír a los que más nos necesitan.
Hemos, sin querer, empobrecido a la pobreza normalizando todo aquello relacionado con la indigencia, desigualdad y exclusión, palabras llenas de significado. Para muchos y sus conciencias, desagradables, inoportunas y molestas.

Tengamos la decencia de una vez por todas de no marginar más aún a los marginados, son los damnificados silenciosos, vulnerables y olvidados .