OPINIÓN: Agradecimiento al servicio de matronas del HSPA
10 de Diciembre de 2023
Rara vez nos acordamos de reconocer y valorar el trabajo que realizan las personas; tendemos a dar por hecho que es su obligación y cobran por ello, pero todos sabemos que nuestra labor profesional se puede realizar de una forma más agradable y cercana o de otra manera. Esta carta es de agradecimiento al trabajo que realizan las matronas del Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres (HSPA).
Recientemente ha nacido nuestra bebé, Lucía, y tenemos claro que, sin la ayuda de las matronas que asistieron el parto, Mª del Carmen y Andrea, la tarea hubiera acabado de otra forma.
Desde la preparación al parto, el matrón, en nuestro caso Jesús, nos informó del proceso de ingreso y desarrollo del parto, pero hasta que no te pones en situación no lo ves claro.
Desde el ingreso en el HSPA, la atención de todo el personal del hospital fue excepcional. Una vez empezó la dilatación, nos bajaron al paritorio, a una sala de dilatación donde nació nuestro bebé, y en todo momento recibimos la ayuda que requerimos.
Dábamos por hecho, hemos de reconocer, que al llevar al hospital el Plan de Parto (documento donde los futuros padres exponen sus deseos respecto a la atención que desean desde que ingresan en el hospital en lo relativo al parto), era un papel mojado, que no serviría de nada y que finalmente éste se desarrollaría según indicación médica, gran error, a los 5 minutos de bajar a dilatación, las dos matronas indicaron que se lo habían leído, diciéndonos de memoria las cosas que habíamos indicado que queríamos en el mismo y las que no y que seguirían, sino había contraindicación médica, y así fue hasta el final del parto.
El respeto, cercanía, apoyo, refuerzo, cariño y búsqueda de alternativas de Carmen y Andrea, cuando el parto iba más lento y se complicaba más de lo esperado, unido a su profesionalidad e indudable preparación técnica, sin duda, evitaron que requiriéramos una cesárea o una intervención más traumática por parte del ginecólogo, algo que no queríamos.
Respecto al uso de la cama obstétrica nos demostraron que su conocimiento y dominio técnico de la misma era total, la de veces que la desmontaron, movieron y montaron para que adoptase mil y una posiciones que favorecieran la salida de la bebé.
Ambas se quedaron mucho más allá del horario de finalización de su turno, demostrando una profesionalidad y una empatía fuera de toda duda, para asegurarse que el parto finalizaba con éxito y así fue. Más de una persona pensará que el trabajo de matrona es un trabajo gratificante en sí mismo y eso justifica su buen hacer; por nuestra parte, tras ver cómo sudaban y buscaban opciones, para que nuestro bebé naciera lo antes posible y bien, discrepamos.
Creemos que el suyo es un trabajo vocacional, eso seguro, pero eso no les exime de la profesionalidad y responsabilidad que asumen y demuestran en cada uno de los partos que asisten, y sí, estamos hablando de unas grandes profesionales de la sanidad pública, tan denostada en otras ocasiones.
Por todo ello, que vaya para todas las matronas, nuestro más sincero agradecimiento a su trabajo y sobre todo a Carmen y Andrea, de las que desde que nació nuestra hija, no hemos dejado de hablar con familiares, amigos y gente cercana para reconocer su trabajo. Las críticas, cuando son necesarias; los agradecimientos, cuando son merecidos.
Gracias a Carmen y Andrea de parte de Lucía y de sus padres.